Cuatro años después de su boda y tras tener una hija en común, Elena Tablada y Javier Ungría anunciaban su separación. La diseñadora, que hizo público un comunicado a través de sus redes sociales, explicaba el pasado mes de agosto que "ninguna relación es un camino de rosas" y que habían decidido "dar un parón" para "poder respirar y ver en qué consiste realmente la felicidad". Ambos aseguraban que seguirían unidos por Camila, la hija que tienen en común, y que "el amor y el respeto" entre ellos era "profundo y latente".
Ninguno de los cerró en aquel momento la puerta a una posible reconciliación, pero hace tan solo unas semanas salieron a la luz unas imágenes de Javier Ungría besándose con una mujer en plena calle. La diseñadora, que se encontraba en Miami, hacía llegar en ese mismo momento que estaba "muy afectada" y que le "sorprendía mucho" la actitud del padre de su hija.
Por su parte, Javier Ungría respondía a los paparazzis y explicaba que no quería "aclarar nada" porque no tenían "mayor importancia" las imágenes. "Es una amiga solamente, sí. Elena es la madre de mi hija y no voy a decir nada de ella. Te lo agradezco, pero no voy a decir nada”, dijo en aquel momento asegurando que no había rehecho su vida tras su separación.
A su vuelta de Miami, la diseñadora se ha topado con los compañeros de Europa Press. Tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia, la ex de David Bisbal ha explicado que le hubiese gustado "que los tiempos hubiesen sido diferentes y no estar casados", en referencia a las imágenes del beso de su todavía marido con otra mujer. Sin querer entrar en cómo se encuentra actualmente con detalle, Elena Tablada ha asegurado que "todo tiene su proceso" y que está enfocada en sus hijas y en la felicidad de las dos menores.
Según salió publicado a raíz de las imágenes, la decepción de Tablada tenía relación con el pacto que tenía hablado con su marido. Al parecer, la diseñadora y el empresario habían llegado al acuerdo de "ser discretos" en caso de que alguno de los dos "encontrase a alguien especial". Esa discrección tiene relación con el bienestar de Camila, la menor de casi tres años que tienen en común y que mantendrá para siempre unidos a Tablada y a Ungría.