Tras más de una década de relación y cuatro hijos en común, Mayte García y Santiago Cañizares anunciaban su divorcio. El matrimonio, que había intentado ser "un ejemplo" para su familia, se marcaba el objetivo de "tratar de seguir siéndolo" por separado. "Os pedimos máximo respeto, porque lo importante en estos casos es evitar el sufrimiento de los más pequeños", emitían un comunicado conjunto en pos de proteger a sus retoños.
Una decisión meditada y tomada tres años después de afrontar juntos el golpe más duro de sus vidas, la muerte de uno de sus hijos, Santi, que fallecía a causa de un tumor cerebral con cinco años. Su muerte no hizo trizas su historia de amor pero, inevitablemente, “influyó” en cierta medida.
“Cuando se muere, yo estaba convencida de que íbamos a ser capaces de sobrellevarlo. Yo pensaba y sigo pensando que ningún otro padre podría haberlo hecho tan bien como mi exmarido. Pero lo que no sabía es que en cada persona eso hace mella de una manera distinta”, asume que fueron evolucionando “cada uno de una forma", y lo que a él "le hacía feliz, a mí no me lo hacía”.
Unas diferencias que empezaron a ser “evidentes” en un momento dado, según ha explicado en una reciente entrevista con los compañeros de 'Lecturas'. Mayte se percató de que estaban tomando rumbos diferentes, por lo que quiso separarse antes de llegar al límite de mirar al padre de sus hijos y no reconocerlo.
“Fue muy duro. Me costó muchísimo. Pero estaba dejando de ser yo y dejando de hacer todo lo que me había prometido hacer a mí y a mi hijo. En nuestra relación no había discusiones, pero cada uno estaba empezando a ser feliz de una manera distinta”, reitera en esta entrevista, donde descubre cuál es su relación actual con el exguardameta.
“A Santi lo quise y lo querré, es el padre de mis hijas y merece todo el respeto del mundo”, puntualiza que “jamás le pondrá un pero a mi exmarido”, con quien mantiene actualmente un trato cordial. “Hablamos de las niñas. Tampoco le cuento mi vida, pero si me lo encuentro hablamos. Si veo que podemos mejorar como padres en alguna faceta, se lo traslado, a ver qué opina, y tratamos de llegar a un consenso. No hay más”, resume en las páginas de la citada revista.