Cuando un tema tabú deja de serlo, como ha ocurrido con la masturbación femenina, se producen todo tipo de reacciones en torno a él. Con el reciente éxito del Satysfier, el universo de los juguetes eróticos para mujeres, como succionadores y vibradores, se ha evidenciado no solo que las mujeres se masturban, sino que les gusta hacerlo y que pueden conseguirlo en un tiempo récord. Algo tan sorprendente para muchos que el fantasma de que estos juguetes pueden crean adicción no ha tardado en aparecer.
Hasta la fecha nadie se habría escandalizado porque un hombre se masturbe a diario, porque lo tenemos asumido, tanto ellos como nosotras. Pero pensar que una mujer pueda buscar su propio placer a diario, o que incluso quiera experimentarlo en más de una ocasión, hace que algunos se echen las manos a la cabeza.
Si vamos a hablar de adicción con seriedad, lo primero que hay que hacer es distinguir si estamos usando el término de manera ligera, como cuando nos declaramos adictos al chocolate o al deporte, o si estamos hablando de adicción con toda la gravedad que puede implicar esta palabra.
Veamos en qué consisten este tipo de juguetes eróticos y si podemos hablar, con responsabilidad, de un posible riesgo de adicción al utilizarlos.
Los succionadores están concebidos para estimular el glande femenino, que no es sino la parte visible del clítoris. Pueden hacerlo a través de pulsaciones y diferentes ondas de vibración, o sin llegar a tocar el clítoris directamente. Tienen una forma que se adapta alrededor del clítoris y se produce un intenso placer que llega a desembocar en un orgasmo en apenas un par de minutos. El resto de estimuladores funciona de manera similar, pero sin ofrecer sensación de succión, y rodeando la zona del clítoris.
Tienen diferentes niveles de succión y, según el modelo, mayor o menor intensidad de onda. También cuentan con diferentes ritmos. Los expertos se apresuran en aclarar que no se trata de una cuestión de necesitar más o menos potencia, sino que cada mujer y cada clítoris es diferente, por lo que cada una ha de descubrir dónde encuentra el placer, según el momento y la apetencia.
Parece que en el último año hemos aprendido mucho sobre juguetes eróticos y su variedad, pero eso no implica que haya aumentado significativamente el conocimiento sobre sexualidad en general. Ejemplos de ello son los bulos que crecen en torno a este tipo de juguetes, como que se consideren sustitutos del sexo acompañado o que creen adicción.
Y en esto último es en lo que queremos hacer hincapié. Usar con frecuencia un juguete erótico, como un succionador, no guarda ninguna relación con un problema de adicción. Solo en el caso de que la necesidad de usarlo interfiera con tu vida social, tus responsabilidades laborales o afecte a tu deseo por tener sexo con otras personas se puede hablar de adicción. Y en ese caso, sin ninguna duda, es necesario consultar con un terapeuta experto en sexualidad.
En lo referente a si el uso del succionador de clítoris afecta a las relaciones de pareja, lo cierto es que no solo no debe afectar, sino que se trata de un juguete que muchas parejas incluyen en sus encuentros sexuales. Es más, a día de hoy son muchos los hombres que regalan a sus parejas un succionador o un vibrador con la doble intención de que disfrute ella y, cuando surja, los dos. De hecho, según datos de una encuesta realizada por Tenga, responsable de los masturbadores femeninos en forma de huevo, el 80% de los hombres se siente cómodo utilizando este tipo de juguetes con su pareja.
Con todo, es innegable que el desconocimiento en torno a la sexualidad del que hablábamos antes sea la causa de que algunos crean que los juguetes eróticos como el succionador pueden llegar a sustituirles. Pero el problema no está en los succionadores, sino en la falta de una educación sexual adecuada para entender con total naturalidad que el placer femenino es un hecho natural y saludable en sí mismo, independientemente de que se alcance en solitario o en pareja.
Los inconvenientes que podemos encontrarnos usando un succionador de clítoris no tienen nada que ver con que no sea un buen juguete. Pero es cierto que si se usa mucho y no se lubrica la zona del clítoris pueden producirse irritaciones, ya que se trata de una zona muy sensible. En ese caso solo es cuestión de darle un descanso al succionador y de utilizar lubricantes de agua.
Por otro lado, y esto ocurre con otros estimulantes y hábitos, si desarrollamos una única manera de alcanzar el orgasmo, es posible que nos cueste llegar a él de otras maneras. Pero esto tiene una solución tan sencilla y estimulante como intentar descubrir e innovar diferentes posibilidades de estimulación que nos lleven al orgasmo.