Si por algo se ha caracterizado Tamara Gorro siempre es por encarar los problemas de frente. Tanto en sus inicios en televisión como en su posterior boom en Instagram. Sin embargo, la última polémica en la que se ha visto inmersa le afectó de tal manera que su única opción fue el silencio. La gravedad de las acusaciones por parte de un miembro de su entorno cercano era tal que no se vio capacitada para justificarse. Esta persona, tal y como puedes ver en el siguiente vídeo, no solo aseguraba que su separación con Ezequiel Garay era una farsa con la que potenciar las ventas de 'Cuando el corazón llora', su último libro. También cuestionó la depresión de la que fue diagnosticada hace dos años:
Su marido y padre de sus hijos Shaila y Antonio, que siempre ha tendido a colocarse en un segundo plano en cuanto a lo mediático, fue quien se encargó de defenderla. Se preguntó en un rotundo comunicado si era necesario que su mujer se quitase la vida para que su enfermedad tuviese más credibilidad. Y ella, dado el aluvión de cariño que recibió de parte de su 'familia virtual' a raíz de aquello, solo se pronunció para dar las gracias.
Semanas después, en un encuentro con la prensa en plena calle, les manifestó su decisión de no responderles (a pesar del respeto que siempre ha tenido por su trabajo). "Ha llegado un punto en el que ya no voy a decir nada", les dijo. Y no ha sido hasta ahora, con la calma que da el tiempo, cuando Tamara Gorro ha querido dar su opinión sobre esta controversia que tanto daño le provocó. Lo ha hecho vía stories, en un 'preguntas y respuestas' muy revelador en el que la de Móstoles ha hablado "de todo, sin tapujos ni miedo".
"Mentiría si dijera que no me afecta", le ha respondido a una seguidora que le preguntaba cómo afronta este tipo de situaciones. "Si recordáis, cuando tuve aquella intervención televisiva, se dijeron cosas muy duras. Esta última vez, sin embargo, no hay dios que se crea lo que han dicho", ha aseverado con rotundidad, insistiendo en que nunca "señalará" ni "juzgará" el trabajo de los que siguen siendo sus compañeros.
Si algo le hizo "no entrar en nada" en esta ocasión fue, en palabras de ella, para proteger su propia salud, ya que por entonces no atravesaba un buen momento personal en el que, tal y como compartió en su día, llegó a intentar quitarse la vida, "un acto de cobardía total" que ya apuntó que le sería imposible perdonarse. "Creo que todos en algún momento nos caemos y nos cuesta mucho levantarnos, pero no nos queda otra que salir para delante", ha asumido.