Acababa de empezar el año cuando Tamara Gorro anunciaba a través de sus redes sociales su ruptura con Ezequiel Garay. La empresaria, que estuvo con el futbolista durante doce años y tienen dos hijos en común, explicaba que habían decidido darse un tiempo con la "esperanza de volver a recuperar y de terminar la vida juntos" como siempre han querido. Tal y como contó la protagonista, era una decisión que llevaban meditando durante un tiempo y cuando hicieron pública la noticia llevaban meses viviendo juntos sin ser ya pareja. Su matrimonio con el deportista es uno de los temas que la empresaria ha querido tocar en su último libro, 'Cuando el corazón llora', en el que explica que su historia de amor cambió radicalmente cuando decidieron ser padres, tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia.
Tamara Gorro asegura que han tenido "una gran complicidad" desde el principio de su relación. " Disfrutábamos mucho juntos de todo, no necesitábamos a nadie para divertirnos. Comenzamos a construir con ilusión nuestra vida, y cambiamos de país por su trabajo", cuenta en las páginas de su último libro. El primer destino al que viajaron fue Portugal y a pesar de que estaba cerca de España, pasar tanto tiempo lejos de su país, "a la larga" le afectó.
La empresaria recuerda perfectamente el día en el que su marido le contó que había fichado por un equipo extranjero. En aquel momento, Tamara Gorro tenía claro que seguiría sus pasos y nunca le dejaría solo. Los primeros años en Portugal no fueron tan duros, ya que consiguió compaginar su vida personal allí con su vida profesional en España, país al que viajaba tres días a la semana para ejercer su labor de presentadora en distintos programas de televisión. "Tenía que seguir trabajando. Tomé la decisión de irme con él, sabía que eso tendría consecuencias, una de ellas era acabar agotada", recuerda.
Durante esos años, la relación de la pareja "se fortaleció" y empezaron a buscar a Shaila, su primera hija en común. Primero lo hicieron de forma natural, pero unos años después decidieron recurrir a la reproducción asistida. Fue en aquel momento cuando Ezequiel Garay fichó por un equipo en Rusia. "Aquello nos unió en lo referente a la búsqueda de Shaila, pero para otros temas estar en Rusia me afectó bastante. Dejé los programas y me quedé solo con presentar Nochebuena y Nochevieja", cuenta la influencer.
A pesar de que en un primer momento todo parecía que iba bien, Tamara empezó a sentirse "un mueble". "Verme en casa todo el día, con el pijama y sin hacer nada, me superaba", cuenta. Por eso pidió ayuda y trabajó durante un tiempo como modelo en Rusia, pero no recibía compensación económica por sus trabajos y decidió dejarlo.
Durante la búsqueda de Shaila, la empresaria tuvo unos "bajones tremendos" hasta que por fin tuvieron a su hija en brazos y fue el momento de volver definitivamente a España. La pareja vivió "con mucha ilusión" el nacimiento del bebé porque "todo era nuevo" y lo deseaban "con fuerza". Dos años más tarde, Tamara decidió repetir experiencia en la maternidad e ir a por Antonio, su segundo hijo. "Eze no me apoyaba, no quería por dos motivos: ni quería más hijos, ni mucho menos que yo pasase de nuevo por todo lo que pasé con mi niña", cuenta. Pero finalmente consiguió su apoyo y viajaron a Estados Unidos, país en el que se quedó embarazada.
La influencer admite que "el cuento ha cambiado mucho" en su relación desde que son padres. Ahora que sus hijos tiene cuatro y seis años, la empresaria les lleva al colegio, les recoge, juega con ellos y les lee libros. "Por las noches no duermo como quisiera, me despiertan y me cuesta volver a dormir. Al día siguiente tengo que trabajar, no puedo quedarme en la cama", asegura. Todo esto ha provocado que los planes de pareja terminen y eso, en propias palabras de la protagonista, "ha afectado a la relación".
Desde hace dos años, Tamara Gorro sufre una fuerte depresión que también ha afectado de forma directa a su matrimonio con Ezequiel Garay. Por eso, tras meses de conversaciones entre ellos, la pareja decidió distanciarse durante un tiempo con la esperanza de retomar la vida que habían construido juntos. A pesar de esta difícil decisión, es habitual verle juntos haciendo planes con sus hijos y evidenciando la buena relación que mantienen.