"Tuve la suerte de compartir las últimas 24 horas de vida de mi queridísima madre. Para mí ha sido un honor y un privilegio acompañarla en su último viaje y ser testigo del amor y el respeto que se le ha mostrado", estas han sido las primeras palabras de la princesa Ana tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel II, el pasado jueves. La segunda hija de la monarca, que ha acompañado el féretro de la monarca en su traslado desde Escocia a Londres, donde se celebrará el próximo lunes su multitudinario funeral, ha emitido un breve comunicado donde ha expresado lo afortunada que se siente al haber tenido la oportunidad de despedirse de su madre en Balmoral.
La cuenta oficial de la casa real británica compartía en Twitter, junto a una foto de madre e hija, este texto en el que la hermana del rey Carlos III ha destacado la gran labor de la soberana al frente del trono del Reino Unido y su papel como matriarca, tal como han hecho otros miembros de la familia real en sus cartas de despedida.
“Ofrezco mi agradecimiento a todos y cada uno de los que comparten nuestro sentimiento de pérdida. Debemos recordar todo lo que su presencia ha hecho por nuestro país y que damos por hecho, sus recuerdos serán únicos”, se ha sentido arropada por el pueblo británico en estos dolorosos momentos.
El nuevo rey contará con el apoyo incondicional de su esposa Camilla, ahora reina consorte, para desempeñar un papel para el que lleva preparándose toda su vida. Pero, sin duda, otro de sus grandes pilares será la princesa Ana, cuya dedicación a la corona es incuestionable.
El estrecho vínculo personal que le une al nuevo jefe de Estado la convertirá en una de las figuras más relevantes en esta etapa. De ahí que, antes despedirse de la reina con un “A mi madre, la Reina, gracias”, le haya apoyado públicamente: “Estoy muy agradecida por la comprensión ofrecidos a mi querido hermano Charles al aceptar las responsabilidades adicionales de la monarquía”.
Hace una semana, la salud de la reina comenzaba a flaquear, tanto que en cuestión de hora toda su familia se desplazó hasta el castillo de Balmoral para permanecer junto a ella en sus últimas horas de vida. El primer en llegar fue su heredero, que recibió una llamada de teléfono en el momento en el que Jenna, la hija de George Bush, estaba a punto de entrevistar a su mujer.
“Yo me iba a reunir con la ahora reina consorte sobre las 13:30, pero a las 12:30 escuchamos a gente corriendo por los pasillos”, ha recordado la hija del expresidente de los Estados Unidos en la NBC, donde ha relatado cómo transcurrieron los hechos: “Miembros del equipo de los actuales reyes entraron en la habitación y nos dijeron: ‘Por favor, cállense, hay una llamada’. Nosotros estábamos al lado de la oficina de Carlos. Luego, de repente, escuchamos un helicóptero. Nos dijeron que la reina Isabel estaba enferma, así que se fueron. Se apresuraron para llegar y estar a su lado”,