Desde que hicieran público su compromiso el pasado jueves, Tamara Falcó e Iñigo Onieva están en boca de todos. Especialmente, después de la filtración de una grabación en la que él se besa con otra mujer tan solo dos semanas antes de comprometerse con la marquesa de Griñón. Pese a que un principio el implicado desmentía públicamente que estas imágenes fueran tomadas durante su relación, este fin de semana, tras salir a la luz más pruebas que confirmaban la infidelidad, el diseñador de coches emitía un comunicado asumiendo la culpa.
"En los vídeos difundidos aparezco en una actitud inaceptable, de la cual estoy absolutamente arrepentido y destrozado por ello. Pido disculpas por no haber sido honesto y pido perdón a Tamara y a su familia públicamente", redactaba Iñigo Onieva un texto que llegaba poco después de que la hija de Isabel Preysler eliminara de forma fulminante la fotografía con la que anunciaba su decisión de pasar por el altar. No obstante, esto no ha bastado para que Falcó le haya perdonado esta deslealtad; de hecho, muy molesta con sus mentiras, le habría bloqueado de Instagram.
Aunque aún no ha eliminado las publicaciones en las que aparece junto a Onieva, no hay ni rastro de los likes y los comentarios que él ha ido dejando a lo largo de estos dos años de relación. Una decisión tomada horas después de que el empresario emitiera este escrito en el que el gritaba a los cuatro vientos su amor por la aristócrata. "Estoy completamente enamorado de Tamara y es la mujer de mi vida, por lo que me duele enormemente haberla hecho daño", solicitaba que se deje de difundir el polémico vídeo en el que aparece besándose con una modelo brasileña.
Falcó se ha convertido en la persona más buscada de los últimos días. Con el rostro desencajado, sin un ápice de maquillaje, el cabello recogido en una sencilla coleta y sin su anillo de compromiso; la socialité salía de su domicilio tras la filtración del polémico vídeo que habría acabado con su relación, según Beatriz Cortázar.
Pese a que en un primer momento se mostraba esquiva, evitando las cámaras y haciendo caso omiso a las preguntas de los periodistas, Falcó finalmente rompía su silencio con unas palabras que evidenciaban el difícil momento personal que atraviesa. “De verdad, dejad de agobiarme, por favor”, pedía al borde del llanto. “Vale, pero me sigues grabando”, le reprochaba a la reportera que continuara preguntando por su situación actual.