Decidió bajarse de la moto de una forma un tanto prematura, pero la falta de motivación y las lesiones le llevaron a tomar esta defícil decisión. Después de alejarse de las pistas intentó seguir conectado a MotoGP como piloto probador, pero ese puesto nunca le llegó a motivar del todo. Jorge Lorenzo no supo encontrar las virtudes de una profesión que sí fue capaz de llenar a compañeros como Dani Pedrosa. Sin embargo, cada uno tiene sus inquietudes, y ahora el mallorquín disfruta de una nueva etapa profesional, marcada por otras preocupaciones.
El bicampeón del mundo de 250 cc goza de “la vida relajada y tranquila” que lleva ahora. Mantiene que “disfruta mucho” de su nueva realidad, aunque echa de menos “trabajar para mejorar la moto y la sensación de ganar”, pues esto último le generaba “una felicidad absoluta”. “Te sentías el rey del mundo durante un día mínimo. Si ganabas el campeonato duraba semanas”, recordaba en una reciente conversación con los compañeros de La Ser, donde lamentaba que ya no volvería a tener esa “sensación” en ningún ámbito o circunstancia.
No todo son desventajas. Jorge, que fichó hace un año fichó hace un año por DAZN como comentarista de las transmisiones del Campeonato Mundial de Moto GP, así como las categorías Moto2 y Moto3, ahora presume de poder “levantarme cuando quiero” y de disponer de “mucho tiempo libre” que puede utilizar a su libre albedrío: “Eso es lo más importante, levantarme sin despertador. Siendo piloto siempre había que madrugar. Además, me suelo acostar bastante tarde, eh. Me acuesto tarde y me levanto tarde”.
Unos despertares que suelen tener lugar en la localidad de Lugano, donde se mudó hace años en pos de blindar su intimidad y también por su régimen fiscal, "mucho más razonable y menos agresivo y confiscatorio" que en otros lugares. Se instaló en esta ciudad del sureste de Suiza en su tramo álgido como motociclista profesional y hace no mucho adquirió un nuevo inmueble allí. De hecho, recientemente volvió a copar titulares tras salir victorioso de su lucha con Hacienda, que se habría cuestionado que su residencia en este país fuese real.
“Envió cientos de requerimientos a mis patrocinadores y equipos, buscando no solo información sino mi descrédito frente a la opinión pública, haciéndome aparecer en los medios como un defraudador”, está bastante enfadado con este procedimiento Jorge, que fue informado hace unos días que esta "caza de brujas" había llegado a su fin. "Creyeron encontrar un cabeza de turco. Se equivocaron. Eso sí, nadie me va a devolver las noches sin dormir ni la paz que necesitaba para concentrarme en los circuitos", el expiloto ganaba a la Agencia Tributaria y daba por zanjada esta "pesadilla".