Dani Alves ha roto su silencio desde la prisión de Brians 2, donde permanece encarcelado desde el pasado mes de enero por una presunta agresión sexual contra una joven en una conocida discoteca de Barcelona. Mayka Navarro ha tenido la oportunidad de hablar durante dos horas con el futbolista acerca de la supuesta violación que le llevó a este centro penitenciario y sobre su relación con Joana Sanz, a quien ha querido pedir perdón públicamente por sus actos.
"Mis primeras palabras quiero que sean para Joana Sanz. Es mi mujer, sigue siendo mi mujer y yo espero salvar este matrimonio. Soy consciente de que yo nunca me equivoqué al elegirla como la mujer con la que quiero compartir mi vida, pero seguramente ella sí que se equivocó al elegirme a mí", confesó a la periodista, que contaba en 'El programa de Ana Rosa' que el deportista de élite defiende que mintió tantas veces en sus declaraciones para tapar la infidelidad y "salvar su matrimonio" con la modelo.
Hasta ahora, según el brasileño, se ha presentado un relato basado en el miedo y el terror que no tiene nada que ver con lo que realmente ocurrió esa noche. Asume sus infidelidades y reconoce que era común que el propietario de la discoteca le ofreciera la oportunidad de conocer a mujeres cuando asistía sin la compañía de su esposa. Pero sostiene que mantuvo sexo consentido con la denunciante en la discoteca Sutton y que nunca ha hecho "daño voluntariamente" a nadie.
"Yo entré detrás de ella. Ni cerré la puerta con pestillo. La puerta estuvo abierta en todo momento, podría haberse ido porque yo permanecí sentado prácticamente todo el rato sobre la tapa del water", sostenta Alves, negando categóricamente que los "movimientos que ella ha contado que yo le obligué a hacer en los baños" hayan tenido lugar. "El rasguño es por permanecer de rodillas mientras me realizaba una felación", mantiene que "no hay ni una sola marca en su cuerpo que explique esa violencia con la que ella dice que yo la moví".
Dani Alves se siente en paz consigo mismo al tener la certeza de que no haber cometido ningún delito. "No ha habido ni una sola noche que yo no haya dormido tranquilo. Ni una sola noche. Tengo la conciencia tranquila. No sé si ella la tiene, si duerme bien por las noches, pero yo la perdono", defiende su inocencia, enfatizando que la única persona a la que ha traicionado y a la que debe pedir perdón es a su esposa: "A la única persona a la que tengo que pedir perdón es a mi mujer, Joana Sanz".