Hace unos días, Laura Escanes tomó una importante decisión. La influencer abandonó de manera temporal las redes sociales aprovechando que está pasando unas semanas con su hija Roma y que no tiene compromisos laborales. "Hace unos años me dije a mí misma que lo iba a hacer mínimo una vez al año y ahora ha llegado el momento. Todo está bien, no hay que preocuparse de nada, pero me apetece centrarme en mí sin más", explicaba para no generar preocupación en sus millones de seguidores.
Sin embargo, esa pausa de las redes sociales se ha visto interrumpida. La influencer reaparecía en su cuenta de Twitter y de Instagram para denunciar públicamente que le había llegado "un link" con fotos suyas desnuda, "editadas y creadas por Inteligencia Artificial". "A parte de sentirme totalmente utilizada y expuesta, hay algo que hace que me hierva la sangre. El cuerpo de una mujer no se utiliza. Ni para el placer, ni para abusar ni para manipular. Me repugna la persona que las haya creado, pero también los que están ahí y les parece divertido y callan", ha querido dejar claro.
Unos días antes también vio interrumpida su pausa en redes para avisar de que había "una supuesta publicidad" que estaba utilizando su imagen "para estafar". "Si no es algo que yo publico en mi cuenta, no hagáis caso por favor. Me parece muy ruin que quieran estafaros utilirzando la imagen de alguien conocido. Yo por mi lado tomaré las medidas necesarias para que se eliminen esas informaciones y no utilicen mi imagen para ello. Gracias", dijo en un escueto comunicado que también quiso hacer público.
Algo muy parecido le pasó hace unos meses a Rosalía. El cantante JC Reyes difundió a través de las redes sociales una imagen manipulada de la cantante catalana desnuda y se jactó de ello. "Estaba expresando lo que sentía", se defendió ante las críticas recibidas. Igual que Laura Escanes, Rosalía utilizó su cuenta de Twitter para dejar claro que "ir a buscar clout (influencia) faltando el respeto y sexualizando a alguien" es una tipo de violencia "y da asco" pero que, en ese caso concreto, hacerlo por "cuatro plays de más" era lo que daba pena.
"El cuerpo de una mujer no es propiedad pública, no es una mercancía para tu estrategia de Marketing. Esas fotos estaban editadas y creaste una falsa narrativa alrededor cuando ni te conozco. Existe algo llamado consentimiento y todos a los que os pareció gracioso o plausible, espero de corazón que un día aprendáis que venís de una mujer, que las mujeres somos sagradas y que se nos ha de respetar", dijo también la artista poniendo así fin a la polémica.