Eva Amaral generó una verdadera revolución este pasado mes de agosto. Subida al escenario del Festival Sonorama Ribera 2023, la cantante se quitó la parte de arriba de su vestido, dejando al descubierto sus pechos. "Porque nadie nos puede arrebatar la dignidad de nuestra desnudez, de nuestra fragilidad y de nuestra fortaleza", reivindicó, apenas un mes y medio después de que la artista Rocío Saiz fuese detenida durante una actuación por hacer lo mismo. La acción generó una verdadera oleada de comentarios, con muchísimas muestras públicas de apoyo y sororidad con la líder de Amaral, pero también una intensa campaña de odio y críticas. Ahora, la protagonista ha reflexionado sobre cómo vivió todo lo sucedido.
Lo ha hecho en una entrevista con Aimar Bretos en Hora 25, el programa de la Cadena Ser. Eva ha explicado cómo tomó la decisión y de dónde viene la idea, pero también se ha sincerado con respecto a la descomunal repercusión que tuvo el acto. La zaragozana ha explicado que pensó en hacerlo apenas tres días antes del concierto, y que Juan Aguirre, su compañero en la banda desde hace ya tres décadas, no lo sabía. "Lo de Rocío [Saiz] fue un detonante, desde luego", ha añadido. "Me dio muchísima pena, me dio la sensación de que ella se sentía sola, de que el mundo de la música no estaba reaccionando con ella, y que no era bastante con poner un tuit", le ha desvelado al periodista donostiarra.
La intérprete de éxitos como 'Sin ti no soy nada', 'Cómo hablar' o 'Te necesito', reconoce que le ha llegado muchísimo odio, incluidos muchos insultos y amenazas. "Aberrante todo", lo ha calificado, queriendo evitar hacer más "la víctima". "Es increíble que una persona, por ser libre en un momento determinado de si vida, por hacer una cosa tan poca cosa, por mostrar su torso desnudo", ha pensado en voz atta, recordando que durante el Sonorama fueron varios los cantantes masculinos que se mostraron con el pecho al descubierto encima del escenario sin que hubiese repercusión alguna.
Eva ha querido plantear, además, un par de reflexiones al respecto de lo sucedido. La primera es que, aunque entiende que ciertas personas se pueden sentir incómodas, y no pide que el pecho femenino sea 'desexualizado', pero insta a que tampoco se tape "hasta que haya que ponerse una coraza" ni que se pierdan derechos. "La montaña de odio me da la razón", ha concluido tras lo ocurrido.
La segunda tiene que ver con plantear el debate en otras coordinadas. "A mí también me parece muy erótico el pecho de un hombre y no me abalanzo sobre él si se pone sin camiseta delante de mí en la playa o en un concierto, no me parece un acto de provocación que un hombre se quite la camiseta, ¿por qué iba a serlo que me la quite yo?", ha planteado.
Sabía que se iba a generar revuelo, pero no pensó que fuese a adquirir tales dimensiones. Admite que el torrente de comentarios negativos le hizo retrotraerse a una sensación que ya había vivido hace años. "Como cuando yo iba a la piscina, con diecisiete años y me ponía en tetas, y venía gente a insultarme y a decirme que me cubriera, y tú no lo hacías, te mantenías en pie de guerra", ha recordado en la mencionada charla.