Tamara Falcó e Íñigo Onieva no descartan la adopción: sus planes para ser padres

Tamara Falcó está viviendo una etapa muy dulce. La marquesa de Griñón, que acaba de cumplir 42 años, está en un momento pletórico casada con Íñigo Onieva, con el que se dio el 'sí, quiero' el pasado mes de junio y con el que puso el broche de oro a una historia de amor llena de altibajos. El 2023 es un año que la hija de Isabel Preysler no olvidará. No solo por su esperado paso por el altar, si no por la eterna luna de miel que está viviendo con su ya marido, con el que está recorriendo todo el mundo y con el que tiene un deseo claro para el 2024: ampliar su familia.

La marquesa de Griñón responde a sus planes de maternidad

Desde que celebrara su boda (o incluso antes), la hija de la reina de corazones ha tenido que hacer frente a una gran pregunta: ¿Tiene pensado ser madre a corto plazo? "La verdad es que rezo todo el tiempo y si tiene que ser, será y si no. La verdad es que estoy felizmente casada, ahora mismo viviendo un momento súper bonito, así que no sé. Sin presión, sin presión. Lo que Dios quiera", ha destacado la marquesa de Griñón.

Uno de sus mayores deseos es convertirse en madre. Pero no solo es suyo. La hija de la reina del papel cuché ha asegurado que su marido también es muy niñero o, al menos como tío: "Le encantaría que formásemos una familia. En eso estamos, fomentar el matrimonio y unirnos más como pareja". Además, tal y como ha recogido Diez Minutos, la pareja no descarta la adopción: "No es nada que descartemos pero no es algo que hayamos hablado, porque realmente seguimos con la ilusión de formar una familia". 

Tanto Onieva como Falcó están viviendo un momento muy bueno como matrimonio. Aunque ya tenían una vida en común, la hija de Isabel Preysler reconoció que esta nueva etapa tenía algo especial. Una etapa protagonizada por viajes casi semanales. Sin duda alguna, están viviendo una eterna luna de miel. "La verdad es que hemos estado viajando muchísimo estos últimos meses. Y muy contenta", ha reconocido.

Además, el matrimonio ya ha estrenado nuevo hogar. Desde su boda hasta la fecha, ya que su hogar estaba de reformas, Tamara e Íñigo han vivido con Preysler durante estos meses: "Por fin tenemos nuestro propio espacio porque es verdad que durante un tiempo estuvimos en casa de mi madre y estoy muy contenta". Un lujoso ático localizado en una zona exclusiva de las afueras de Madrid y muy cerca de sus respectivas familias, con las que pasarán las próximas Navidades.