Si eres seguidor de Miguel Bernardeau, de sobra sabrá su afición por el mar y todos los deportes acuáticos. El actor, que es muy discreto a la hora de hablar de su vida privada, sí que comparte con sus millones de seguidores algunas de las jornadas que disfruta haciendo surf, navegando o buceando en algunas de sus zonas favoritas. Es habitual que pase tiempo en el norte, donde tiene amigos que le ayudan a conseguir grandes olas, y también en Ibiza, la isla en la que desconecta la temporada de verano junto a su familia.
Sin embargo, esta afición además de bonita también es peligrosa. En su reaparición televisiva para la promoción de 'El Zorro', la nueva serie que protagoniza, Miguel Bernardeau ha recordado el día en el que estuvo a punto de perder la vida en el mar, concretamente en el Mediterráneo. En una charla con Pablo Motos, el actor ha contado que se cayó de un catamarán y estuvo tres horas y media en el mar con un amigo y casi se ahoga. "Fue lo más tonto que me pasó en la vida y casi me mato", aseguraba.
"Fue navegando un día con viento, pero navegando tranquilamente. Lo voy a recordar toda mi vida. Íbamos con unos arneses en el catamarán. Fue fuerte. Fue por un sitio que había estado navegando toda mi vida. Vas con el arnés, es un bicasco, te cuelgas para hacer contrapeso. Falló una cosa del montaje y caímos los dos al agua", recordaba el actor. El catamarán se fue, se quedaron solos porque no había nadie y estaban "en un sitio que pasan un montón de millonarios con sus barcos y megayates pero ninguno paraba".
Miguel Bernardeau y su amigo estuvieron tres horas y media gritando a los barcos que estaban cerca, pero nadie les vio ni les hizo caso. Tanto tiempo en el agua, "se te cristaliza la garganta con la sal" y tenían hipotermia. Fue cuando pensé... tenemos un problema", comentaba el actor en esta reaparición televisiva.
Finalmente consiguieron sobrevivir gracias a un hombre que paró con su barco porque había encontrado el catamarán a la deriva. "Lo recordaré toda mi vida porque al darme su mano para cogerme me ofreció una copa de champán", recordaba sobre esta historia que, afortunadamente, tuvo un final feliz y se ha quedado en una anécdota.