Paula Gonu comenzó su andadura en el mundo de las redes a los 22 años. Ahora, a punto de cumplir la treintena, acumula dos millones de seguidores en su cuenta de Instagram, consolidándose así como una de las influencers españolas con mayor visibilidad y, como consecuencia, con grandes ingresos.
Paula Gonu ha asistido a la gala de los Premios Army, dedicados a los creadores de contenido. Allí, la influencer ha pasado por la alfombra roja del evento donde ha hablado con Abel Planelles. El periodista ha aprovechado la oportunidad para realizar una comprometida pregunta a los asistentes a la gala: "¿Qué te podrías comprar con tu colaboración mejor pagada?" La catalana, contundente, no ha dudado en responder que “podría llegar a comprarse un piso” con la cantidad de dinero que habría llegado a ingresar por publicitar una marca.
Una contestación que, sin duda, no ha dejado indiferente a nadie en las redes sociales, ni siquiera a algunas de las compañeras que también han pisado el evento han llegado a creer la veracidad de la respuesta. En el caso de Estela Grande, ha explicado que ella “es muy sincera” y que no podría permitirse pagar un piso con el dinero de su mejor colaboración, algo que ha provocado que el periodista cuestionase si estaba poniendo en duda a las personas que sí lo habían afirmado: "Hombre, una casa en Madrid cuesta 800.000 euros", ha dicho la influencer.
Sin embargo, hace unos meses Paula acudió a ‘La Resistencia’, donde confesó a Broncano que tenía menos dinero que cuando fue al programa por primera vez en 2020, momento en el que afirmó tener "entre 500.000 euros y un millón” en el banco.
Paula Gonu no es la única que ha hecho referencia a poder llegar a pagar la hipoteca de un domicilio con su respuesta. En el caso de Lola Lolita, que acumula tres millones de seguidores en sus redes sociales, se repite la misma fórmula: “Una entrada de un piso. Una entrada”, ha recalcado.
Otras de las que no se han querido perder los apodados como “Anti Premios”, como Sofía Surfers o Claudia Martínez han confesado que podrían optar a adquirir un bolso de Prada, un coche, que no “cochazo” e incluso han bromeado con “una garrafa de aceite”.