Pablo Iglesias, que desde que anunciara su retirada de la política hace tres años está volcado en su vida familiar, ha dado un giro a su trayectoria profesional y se ha lanzado al sector de la hostelería y va a abrir su propio bar. Según ha publicado 'La Vanguardia', el que fuera vicepresidente del Gobierno se ha asociado con el poeta Sebastián Fiorilli y el cantautor Carlos Ávila para poner en marcha este nuevo proyecto, en el que seguro cuenta con el apoyo de Irene Montero.
'La taberna Garibaldi', que así es como se llama el local, abrirá sus puertas el próximo 19 de marzo en el madrileño barrio de Lavapiés, concretamente en el número 8 de la calle Ave María. Está ubicado a escasos diez minutos andando de la Puerta del Sol y del Congreso de los Diputados y promete ofrecer a sus clientes una experiencia única. En un ambiente acogedor, los que se conviertan en habituales podrán disfrutar allí de encuentros culturales, presentaciones de libros, lectura de poesía e incluso de algún concierto en acústico. "Las tabernas son el último bastión de la libertad del proletariado", ha escrito Iglesias en sus redes sociales citando a Kautsky junto a una imagen de la fachada del local.
Por supuesto, como en toda buena taberna que se precie, los clientes podrán disfrutar de una amplia y variada carta en la que podrán encontrar todo tipo de comida. Entre los platos que se podrán degustar encontramos tacos, carrilleras, enchiladas, bocadillos o tostas. Todos ellos con un guiño a la izquierda revolucionaria en sus nombre como 'enchilada Viva Zapata', 'salmorejo partisano', Además, el equipo de cocina ha trabajado también en algunas propuestas veganas para adaptarse a los gustos y las dietas de cualquiera que se acerque al local.
Y para acompañar estas tapas, La taberna Garibaldi ofrecerá a sus clientes varios vinos chilenos y argentinos, además de cervezas vascas, malagueñas, catalanas y valencianas. Además, el local cuenta con una amplia carta de cócteles que rinden homenaje a figuras históricas. Entre ellos encontramos el margarita Marcos, el mojito Fidel, el daiquiri Ché o el negroni Gramsci.
Con la elección del nombre del local, Pablo Iglesias y sus socios hacen un guiño a la Brigada Garibaldi que, repleta de italianos, participó en defensa de la Segunda República durante la Guerra Civil española. Una brigada que significa la lucha y el espíritu revolucionario que parecen representar el alma y la esencia de La taberna Garibaldi', que aspira a convertirse, además de en un local para el disfrute gastronómico, en un centro de intercambio de ideas, un espacio para la libertad y la cultura y en el que tenga cabida la diversidad.