María Edite, la madre de Javier Santos, el supuesto hijo no reconocido de Julio Iglesias, está ingresada en un hospital de Valencia desde el pasado 10 de agosto, cuando acudió al centro médico tras sufrir un desmayo en su casa. Un síntoma que se unía a unos persistentes dolores de cabeza y unos vómitos que llevaba sufriendo varios días y que achacaba al calor.
Tras acudir al centro médico y después de que le realizaran varias pruebas, la exbailarina portuguesa fue intervenida de urgencia e ingresada en la UCI. Las primeras noticias eran muy preocupantes y sus hijos la han acompañado en todo momento y han estado pendientes durante todos estos días de su evolución. "Estoy muy cuidada y con mis dos hijos. Pobrecillos. Estaban muy asustados. Le dijeron que era grave y pensaban que me moría", le ha dicho a Paloma Barrientos, que ha tenido la oportunidad de hablar en exclusiva con ella, tal y como ha contado en 'Vanitatis'..
Afortunadamente, la evolución ha sido positiva y poco a poco, María Edite se está recuperando. Aún permanece en el centro médico, pero cree que le darán el alta en los próximos días. Todavía tiene una gran lucha por delante y no piensa dejar a su hijo Javier solo hasta que no se reconozca legalmente que es hijo de Julio Iglesias. "No me voy a morir hasta que se haga justicia, que ese hijo de Satanás, Julio Iglesias, sigue sin reconocer a mi hijo. Si la vida es un suspiro, entiendo porqué lo hace. Llevo toda la vida luchando y seguimos. Mi hijo también y pronto habrá noticias", ha dicho durante una breve charla telefónica.
La reclamación judicial de Javier Santos, de 47 años, y su madre para que fuera reconocida la paternidad de Julio Iglesias se remonta a 1991. En ese año María Edite fue quien interpuso la demanda contra el cantante. Javier era entonces menor de edad y su madre logró entonces que la justicia reconociera que era hijo de artista. Sin embargo, dos años después la justicia dio marcha atrás y anuló la sentencia después de que se admitiera el recurso en el que se decía que no se le habían notificado al cantante las consecuencias de no acudir a la prueba de ADN.
Tras este revés fue Javier quien ya siendo mayor de edad volvió a interponer la demanda de paternidad. Tras años de lucha en los tribunales, en 2019 un juez le dio la razón y reconoció la paternidad tras una prueba de ADN que confirmaba la coincidencia de un 99% con Julio José Iglesias.
Julio Iglesias y sus abogados, alegando que la prueba no había sido obtenida de manera lícita, recurrieron de nuevo la sentencia y apenas un año después, en 2020, la Audiencia Provincial de Valencia la anuló y dijo que el cantante no era el padre de Javier. Aún así, no se rindió y siguió adelante con su lucha apoyado por su madre. Javier Santos ha llevado el caso al Tribunal de Estrasburgo y al Comité de Derechos Humanos de la ONU al considerar que el Estado español ha vulnerado su derecho a saber quién es su padre.
Cuatro años después de recurrir a la justicia europea, Javier sigue esperando una respuesta y confía en tener relación con su padre en algún momento. Y es que, como el mismo ha explicado en 'Pensamientos de Javier Santos en el 80 cumpleaños de Julio Iglesias', no le importa el dinero del cantante ni su patrimonio (que será repartido entre todos los hijos del artista). Javier tan solo quiere un acercamiento y tener una conversación con él. Una conversación en la que le preguntaría el motivo por el que ha recurrido de forma recurrente las sentencias que reconocían su paternidad.