El pasado 26 de agosto falleció Caritina Goyanes a los 46 años tras sufrir un paro cardiaco. La empresaria, hija de Carlos Goyanes y Cari Lapique, se encontraba en Marbella disfrutando de las vacaciones con su marido y sus hijos en la misma casa familiar en la que falleció su padre diecinueve días antes. Hace cinco años, en una entrevista a Mater Mundi TV, la empresaria habló abiertamente de la relación que mantenía con la religión. "Estoy casada, tengo dos niños monísimos, tengo un catering desde hace quince años. Nada que ver con lo que estudié, tiré mi carrera por ese camino y muy contenta. Soy muy feliz", aseguró en aquellas declaraciones.
Caritina contó que de pequeña fue a un colegio de monjas y que la religión siempre estuvo presente en su vida, pero "todo era superficial". Le enseñaron una imagen de Dios como un "castigador" al que tenía respeto, le conocía y creía en él, pero "no lo sentía en ningún momento". "Fui creciendo así, tuve una adolescencia normal. Dios estaba presente en mi vida pero no en mi corazón. Rezaba por mera costumbre, pero no sentía la presencia de Dios a mi lado. He tenido una infancia y una adolescencia feliz", confesó en aquellas declaraciones.
La hermana de Carla Goyanes se casó con Antonio Matos y tuvieron dos hijos: Pedrito y Mini Cari. Cuando nació la pequeña, Caritina empezó a sentir "un miedo horrible" a que algunas de esas "patas perfectas" que sujetaban su vida (su matrimonio, sus hijos, su trabajo, su casa o su vida social) se rompiesen. "Me entró miedo a todo, a la pérdida, y me volví un poco loca. No dejaba a mis hijos hacer nada, ese miedo se convirtió en ansiedad. Mi vida iba a toda velocidad, me volví muy exigente con mis hijos, tenían que ser los mejores en lo que hicieran todo el rato. Mi marido pagaba siempre el pato", reconoció.
Para poner solución a esos problemas personales, Caritina probó diferentes cursos pero nada de eso le sirvió. "Seguía con un matrimonio vacío. Llegaba a casa, me ponía a trabajar para no pensar en mi día a día y no pensar en lo que podía pasar", comentó. Hasta que un amigo suyo le propuso ir a los retiros de Emaús, algo que al principio no le sonó del todo bien. Sin embargo, tras informarse, la hija de Cari Lapique decidió probar y fue un auténtico acierto para ella, según su propia experiencia.
"Dicen que en Emaús tienes un encuentro personal con Dios. Yo no lo tuve, pero sí se quedó en mí una semilla. Mi vida empezó a cambiar muy poquito a poco, pero me encontraba que era otra persona. Se me quitó el miedo bastante rápidamente. Empecé a priorizar, a saber lo que era importante o no. Si tenía una pelea con mi marido lo ponía todo en jaque en un segundo", ha contado sobre los primeros cambios que notó tras acudir a estos retiros.
En esta entrevista realizada hace cinco años a Mater Mundi TV, Caritina Goyanes explicaba que se trata de "un camino muy largo" y que salió pidiendo tener "más fe" cada día y doblarse más "a la voluntad de Dios". "Lo que sí me he demostrado a lo largo de este año es a aceptar la voluntad de Dios y a creer en sus tiempos. Las cosas te van a pasar, y hay que saber afrontarlo sin ese miedo o esa tristeza. Dejar de preguntarme por qué pasa esto y más para qué. Ahora, cada vez que pasa algo, pienso el para qué. Dios ha sabido cuando ponerme esto en mi vida y en qué momento para que sepa afrontarlo lo mejor posible", explicaba en aquel momento.
Caritina confesó en aquel momento que, un año después de su experiencia en el retiro de Emaús, se había dado cuenta de que Dios estaba presente en su matrimonio. "Nuestras discusiones no tienen nada que ver. Ahora siempre que discuto es productivamente. Antes era un horror, ahora es para solucionar", contó la hija de Cari Lapique, que explicaba también que se había dado cuenta de la importancia del perdón y del saber perdonar.
"Hablo mucho de mi matrimonio porque antes era un desastre y ahora es otra cosa, es donde más he notado el cambio. Para mí mi marido no es la persona que está al lado, ahora le veo como mi socio de vida, la persona con la que recorrer mi camino hasta llegar a mi otra vida. Soy muchísimo más feliz", confesó entonces.