Un año después de su entrada en prisión provisional por el asesinato de Edwin Arrieta, Daniel Sancho fue declarado culpable y el juez del caso le condeno a cadena perpetua en Surat Thani, la prisión en la que ingresó el pasado 30 de agosto. Desde entonces, el equipo legal de Daniel Sancho en España, que está formado por el abogado Marcos García Montes y los criminólogos Ramón Chippirrás y Carmen Balfagón, han trabajado en conjunto con los asesores de Tailandia para el recurso de la sentencia, que llegó a ser aplazado por petición de la defensa hasta en cuatro ocasiones.

Seis meses después de la lectura de la sentencia, Daniel Sancho tuvo el pasado 21 de febrero una visita de la agencia Efe. En ella el cocinero describió la atmósfera del centro como "opresiva" por culpa del ruido continuo que provocan los gritos, la megafonía y las televisiones en el pasillo. Actualmente, según él mismo ha explicado, comparte celda con 16 presos y duerme en el suelo sobre mantas.

El medio citado asegura que el hijo de Rodolfo Sancho presenta "un aspecto saludable" y él mismo destaca que el ambiente es "sano, sin drogas, tabaco o violencia". "Nunca me he sentido amenazado. No hay una mafia en la cárcel. Hay muchos guardias y los presos saben que el buen comportamiento es lo que les va ayudar a reducir las penas", cuenta el cocinero.

Daniel explica que siempre hay agua corriente, no hay cortes de luz, está limpia y organizada por los funcionarios. Según su opinión, en Surat Thani hay "más orden" que en Samui, que es la prisión en la que estuvo un año hasta que se hizo pública la sentencia.

A lo largo de estos seis meses, el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo ha continuado con sus hábitos de ejercicio y lectura en un sistema en el que los extranjeros no tienen actividades ni programas de reinserción.

El día para el cocinero comienza a las 6:50 horas de la mañana, que es cuando los presos deben salir de sus celdas. A las 8 se realiza un conteo en el patio y deben contar el himno nacional y el del rey, también se hace un rezo budista y se dice en voz alta las 20 normas del centro. En las horas siguientes hasta las cuatro de la tarde (que es el momento del siguiente rezo) no hay actividades establecidas y después de eso deben volver a numerarse y regresar a sus celdas hasta el día siguiente.

Sancho ha explicado que cuando eres extranjero "formas parte de otro sistema y hay otro trato", por eso no pueden "hablar con casi nadie ni ver la televisión", además de tener a sus familias lejos.

Según relata, los responsables del centro permiten a los extranjeros tener videollamadas de manera más frecuente o alargar las visitas presenciales. El hijo del actor es uno de los cuatro españoles que se encuentran presos en Tailandia y, al parecer, habla "semanalmente" con su padre y con su madre, además de con su equipo legal.

Los presos están obligados a vestir un uniforme azul y llevar el pelo corto, motivo por el que Daniel fue sometido a un corte de pelo cuando entró en prisión. Al parecer, les sirven comida tres veces al día, pero pueden pagar por otros platos que el joven califica de "excelentes" y que se cocinan en el módulo de mujeres.

Los reclusos disponen de una cantidad máxima de 500 bat diarios, que es lo equivalente a 14 euros al día, y eso les permite acceso a un economato en el que pueden adquirir helados, pasta de dientes o café, entre otras muchas cosas.

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