El pasado 11 de febrero, Shakira arrancaba su gira más especial hasta la fecha, ‘Las Mujeres Ya No Lloran World Tour’, con la que tenía previsto subirse a más de cuarenta escenarios de Latinoamérica y Norteamérica. Sin embargo, desde su comienzo hace menos de un mes la artista ya se ha visto obligada a cancelar varios de sus conciertos.
Sobre el motivo que ha llevado a suspender el último, que debía celebrarse en Chile este domingo, 2 de marzo, se ha pronunciado ahora la cantante en un comunicado donde ha lamentado lo ocurrido tras el esfuerzo llevado a cabo para poder encontrarse con su público.
Siete años después de su última gira, la cantante anunciaba emocionada hace unos meses el que se convertiría en el tour más grande de su vida. Sin embargo, solo cinco días después del pistoletazo de salida del mismo en Río de Janeiro, el pasado 16 de febrero suspendía su concierto en Lima por un dolor abdominal que le llevaba a ingresar en el hospital. Unos días más tarde, el 24 del mismo mes, tampoco se subía al escenario de Barranquilla, su ciudad natal, por “daños sufridos en el techo del escenario instalado” que ponían en riesgo su seguridad y la de los asistentes.
De nuevo, Shakira se ha visto obligada a emitir un comunicado en el que ha anunciado la cancelación del show que tenía previsto ofrecer este 2 de marzo, esta vez en Chile: "Pueden imaginar cuán doloroso es para mí, como artista, después de tantos esfuerzos para venir a este país que tanto quiero, debe ser reprogramado", ha explicado.
Tras ello, la artista ha vuelto a recalcar que la responsabilidad de lo ocurrido se mantiene ajena a su producción y su equipo, quienes habían confiado “en todo momento en que la productora contratada por el promotor local seguiría al pie de la letra las especificaciones que fueron proporcionadas para dar un show de esta magnitud”. Sin embargo, según ha sido informado su staff en las últimas horas, el escenario no se encontraba "debidamente estabilizado para garantizar la seguridad de la banda, bailarines y fans”, así como la suya propia.
Tal y como ha continuado afirmando la colombiana, “jamás” estaría dispuesta a comprometer “la seguridad de los suyos” y tampoco ofrecería un acto “por debajo de los estándares de calidad que merecen” sus seguidores, razón por la que finalmente no ha podido aterrizar en Santiago con ‘Las mujeres ya no lloran’ y su escenario de 62 toneladas. Por ello para la próxima ocasión, la cual desea que se de “muy pronto”, ha prometido que ella misma “inspeccionará el suelo y hasta el último tornillo de la estructura” si fuera necesario.
Por el momento, tras un año de trabajo “en los más mínimos detalles” y con "grandes fiestas sobre el escenario de conexión, cariño y caras de alegría y brillo en los ojos” de su público que le hacen levantarse “cada día con ganas de celebrar la vida”, ha confiado en la comprensión de los anteriores sentenciando que “una loba es una con su manada, hasta en los más difíciles desafíos" aunque con “el corazón partido en mil pedazos”.
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