Durante tres décadas el matrimonio formado por Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez fue una de las más poderosas y estables del panorama nacional. Ambos se conocieron en los años 80 un día en un vuelo y fue él quien la reconoció. Ella aparecía todas las semanas en Diario 16, y él era el director del periódico. El periodista llamó la atención de la diseñadora y días después le invitó a un desfile suyo. Aunque rechazó la invitación por motivos laborales, le ofreció una solución: una cena en esos días. Ella no lo dudó ni un segundo y este fue el inicio de una historia de amor tan inesperada como fructífera.
Después de treinta años de relación y dos hijos en común, Ágatha accede a pasar por el altar con el actual director de ‘El Español’. Había sido ella misma quien había declinado la idea varias veces. Sea cual fuere la razón que llevó a la empresaria a negarse, finalmente se dieron el ‘sí, quiero’ y tan solo tres meses después, en noviembre de 2016, él le comunicó que quería divorciarse.
La diseñadora sufrió mucho con la ruptura. No comprendió nada al principio, le echo de casa y le apodó como “el innombrable”. Pedro J., ajeno a la polémica y a las incendiarias declaraciones de su exmujer, comenzaba una nueva etapa sentimental junto a la abogada Cruz Sánchez de Lara, con quien posaba poco tiempo después de rubricar su firma en los papeles divorcio.
Ambos se llevan a matar desde entonces, sobre todo ella con él. Han sido numerosas las ocasiones en las que la madrileña ha atacado públicamente al padre de sus hijos y a la actual mujer de este. Aunque las críticas se rebajaron al máximo tras varias amenazas de demandas, la relación del exmatrimonio no mejoró en absoluto. De hecho, no se habían encontrado desde que hicieron oficial su separación hasta este pasado fin de semana.
Un encuentro fortuito que tuvo lugar en el palacio Pisani Moretta de Venecia, escenario del popular baila doge, la fiesta VIP del Carnaval italiano. Un evento al que ella asistió de la mano de su nuevo novio, José Manuel Díaz Patón, mientras que el periodista lo hizo con su esposa.
“Me enteré, pero ya lo tenía todo organizado y lo que no me podía imaginar es que íbamos a estar tan cerca”, se habría llevado una sorpresa Ágatha al llegar ante la proximidad de su exmarido. “La verdad es que considero que ha sido como cerrar el círculo porque yo estaba bastante bien”, habría pasado página definitivamente la socialité, que se lo pasó “genial, a pesar de todo”.