Ainhoa Arteta no atraviesa el mejor de sus momentos. Después de que la revista Semana hiciese pública la noticia de su separación de Matías Urrea, su cuarto marido, el nombre de la soprano cobra fuerza de nuevo después de que el mismo medio anunciase que habían tenido que amputarle varios dedos de la mano como consecuencia de una sepsis. Tras unas jornadas intensas, llegan las primeras palabras de la artista, que se encuentra recuperando y con "un estado de ánimo bastante bajo".
La forma en la que algunos medios han tratado la noticia de su ruptura con Urrea, donde se ha llegado a decir que la cantante se extralimitaba con él y que "no le trataba bien" no ha gustado nada a la soprano. Ante estas informaciones y aun conociéndose el delicado momento de salud que atraviesa, Arteta ha querido pronunciarse a través de un comunicado.
"Ante las noticias que en diversos medios de comunicación (prensa, radio, televisión y digitales privados) se están publicando sobre la situación de intimidad sentimental y del estado de salud física de la soprano, doña Ainhoa Arteta Ibarolaburu, vertiendo sobre ellas falsedades, valoraciones y/o imágenes que atentan o pueden atentar contra su dignidad, honor e intimidad como persona y artista, se hace expresa reserva del uso de cuentos derechos le amparan en todos los órdenes jurisdiccionales, hasta el militar si fuese necesario", ha hecho saber la de Tolosa a través de su portavoz a la revista Semana dando a entender que no iba a quedarse quieta y que la situación también podría acabar en manos de los tribunales militares por la profesión de su marido.
La guipuzcoana se encuentra recuperándose aún del infarto que sufrió el pasado mes de agosto. A consecuencia de la larga duración de la parada cardíaca, sus extremidades acabaron necrosándose y los médicos tuvieron que amputarle de urgencia varios dedos.
Su salud se ha visto mermada en los últimos tiempos. Y es que, este no es el único problema de salud al que ha tenido que enfrentarse estas últimas semanas, ya que la vasca tuvo que ingresar durante una semana en el hospital sevillano Virgen del Rocío tras sufrir una infección renal que derivó en sepsis - afección médica grave originada por una respuesta inmunitaria fulminante a una infección- que pudo haberse agravado a consecuencia de su débil estado tras haberse contagiado de coronavirus.
El temido virus le dejó además importantes secuelas y, un par de meses después de haber superado la enfermedad, Ainhoa Arteta reaparecía en silla de ruedas a consecuencia de unos edemas que le salieron en las rodillas y que le impedían caminar con normalidad.