Tras seis meses de dura lucha y sin perder ni una noción de ese humor que tanto le define, Dani Rovira anunciaba este fin de semana la que será una de las mejores noticias de toda su vida: se ha curado del cáncer que padecía. "Todo acaba y todo empieza hoy", aseguraba en sus redes sociales, donde admitía que había vuelto a renacer, siendo ese instante el comienzo del "primer día del resto de su vida". Una etapa en la que ha estado sumergido en la fortaleza y el optimismo, regalándonos grandes lecciones de vida desde el mismo comienzo de su enfermedad.
Un cansancio y un malestar poco común en él condujeron al humorista, el pasado mes de marzo, a la consulta del médico, donde le diagnosticaban este cáncer que él mismo otorgaba "nombre y apellido" durante su lucha: linfoma de Hodgkin –una enfermedad que se origina en el tejido linfático, el encargado de proteger el cuerpo de infecciones-. "Si decido hacer esto público es porque, para lo bueno y para lo malo, soy un personaje público", explicaba en un post tan solo una semana después de haberse enterado la causa de lo que le que ocurría. El cómico reconocía no tener miedo y mostraba su fuerza para luchar contra "este bicho", abanderándose desde ese preciso momento de un lema vital de uno de sus “héroes favoritos”, Pablo Ráez: 'Siempre fuerte'.
Desde ese instante, las redes sociales se volcaban con el protagonista de ‘Ocho apellidos vascos’, que recibía un aluvión de mensajes de apoyo en esta complicada etapa, llegándole incluso a calificar como ‘SuperDani’, en referencia al personaje de cómic que interpretó en una de sus últimas películas. "Gracias por todo vuestro cariño. No tengo palabras. Ojalá pudiera contestaros y abrazaros a todas y a todos. A partir de ahora a seguir cuidándonos y ayudándonos, que la vida va de eso”, agradecía Dani, que también tomaba la frase de apoyo de Clara Lago: “No me cabe duda de que si la vida te ha colocado este aprendizaje en el camino es porque puedes con ello".
Durante estos meses, en los que todo se complicaba un poquito más por culpa del coronavirus –convirtiéndole en grupo de riesgo-, el cómico ha pasado por momentos de flaqueza, como la pérdida de una de sus grandes referencias y modo de entender la vida, Pau Donés. El actor celebraba, días previos a su pérdida, la vuelta del cantante a la música, llegando a reflexionar a través “del mismo cristal” que miraba en esos momentos el vocalista de ‘Jarabe de Palo’. “Yo quiero vivir en esa azotea, cantando, bailando, celebrando la vida”, comentaba sobre el último videoclip de su amigo. “En una época donde el odio, el ruido y el egoísmo parece que van ganando foco y protagonismo, debemos apostar por todo lo contrario”, llegaba a la conclusión Dani, que aseguraba estar “experimentando conexiones que antes pasaba por alto”, recordando a todos los que le leían que “venimos para cuatro días” a este mundo.
Durante esta trayectoria, Rovira ha compartido cada uno de los pasos en los que se ha visto inmerso. El cómico compartía un mes y medio después de que todo comenzara una imagen de sus sesiones de quimioterapia. “Sexto round. Ahora al rincón a descansar un poco y a escucharme, permitirme y volver a remontar”, escribía en su Instagram, donde mandaba un mensaje de ánimo a todos los que, como él, se encontraban luchando contra esta enfermedad. “Amor, humor, descanso y buenos alimentos”, añadía en el post, demostrando en numerosas ocasiones que no hay nada que le vaya a quitar de lo segundo. “A ver si ahora, por estar en fase 0, ser vegano, tener cáncer y estar en confinamiento, no me voy a pegar un cenote de caerme de espaldas”, titulaba con ingenio a una fotografía en la que se veía una gran cantidad de sushi.
Tras ocho sesiones “entre pecho y espalda”, Dani terminaba con la quimioterapia, hablando de las secuelas que había conllevado este tratamiento. “Pérdida de pelo, las venas de los brazos duras como bridas y cabeza de hipopótamo (de ésta última no me comentaron nada)”, explicaba con humor adjuntando una fotografía con una careta de este animal. Así anunciaba la noticia victorioso en su Instagram, donde volvía a recibir ese apoyo de sus seguidores que tanto le emociona. Tras este proceso, iniciaba 18 sesiones de radioterapia diarias que terminarían definitivamente con su enfermedad. “Aunque los linfomas han desaparecido, los médicos lo han decidido así por cauterizar y precaución", explicaba, teniendo que afrontar lo que definía como “la última pantalla del videojuego”, teniendo muy cerca la fecha final a este mal sueño: mediados de agosto.
Con el fin de la quimioterapia, el intérprete volvía a parte de lo que era su vida anteriormente, recuperando una de sus grandes pasiones: “el running”. El monologuista calzaba de nuevo sus deportivas y salía a disfrutar de la naturaleza, disfrutando y sufriendo de esta experiencia a partes iguales. “¿Veis lo que tardé en hacer 7 kms? Fue algo entre lo HEROICO y lo PATÉTICO. Empezar, no de cero, sino de -2 puede ser algo frustrante o por el contrario un reto y una motivación”, expresaba sus ganas de volver a recuperar sus marcas. “Destrozaré estas zapatillas y las muchas que estarán por venir”, aseguraba.
Una dolorosa y dura experiencia que llegaba a su fin esta semana. “6 meses de subida a una de las montañas más duras a las que me he enfrentado, pero al fin llegué a la cima y, creedme, las vistas desde aquí son preciosas y reveladoras”, garantizaba a sus seguidores, a los que aseguraba que ese Dani que ahora ven “es infinitamente mejor que el que hace un año andurreaba por llanuras sin importancia”.