La mayoría de las mujeres producen flujo vaginal a diario, ya sea blanco o transparente. Este flujo, compuesto por bacterias de las células de la vagina y líquido, tiene la misión de mantener la vagina lubricada y ayudar a que elimine bacterias. A lo largo del mes, el flujo puede cambiar de color y espesor, y estos cambios se producen, normalmente, asociados a las distintas fases del ciclo menstrual.
En los días previos al periodo, aumentan nuestros niveles de progesterona, algo que también ocurre durante el embarazo. Eso provoca que el flujo se espese y se vuelva más turbio o blanquecino. En cambio, en otras fases del ciclo, son los niveles de estrógeno los que aumentan, y el flujo como consecuencia es más acuoso y transparente.
En todo momento estamos hablando de un flujo vaginal que no va acompañado de olor ni de ninguna molestia, y su aparición se considera normal dentro de las diferentes alteraciones hormonales que se suceden a lo largo del ciclo menstrual en las mujeres. Pero cuando el flujo vaginal va acompañado de dolor, picores, olor o ardor, hay que acudir inmediatamente al ginecólogo para que nos examine y determine las causas de estas molestias. Para que no tengas dudas, te contamos todas las causas que van asociadas al flujo vaginal blanco.
Tal y como te hemos contado, el aumento de los niveles de progesterona en los días previos al periodo hace que el flujo vaginal se vea blanco, y esto también puede ocurrir cuando acaba la mestruación y estos niveles hormonales siguen elevados. Esto es perfectamente normal y no es necesario que hagas nada al respecto, a menos que, como hemos indicado, este flujo vaya acompañado de algún tipo de molestias.
Los anticonceptivos de tipo hormonal, como la píldora anticonceptiva, pueden provocar modificaciones en el flujo vaginal y hacer que sea más abundante y blanco. En principio no debe haber preocupación, ya que este tipo de anticonceptivos pueden causar alteraciones de tipo hormonal que se manifiesten, por ejemplo, en el flujo vaginal. Pero si no hay molestias es normal que ocurra.
Cuando se produce un desequilibrio en las bacterias de la vagina puede producirse una infección conocida como vaginosis bacteriana (VB). Es muy habitual en mujeres en edad fértil, llegando a afectar a cerca del 30%. Puede aparecer en cualquier momento y las posibilidades aumentan si se mantienen relaciones sexuales sin protección o se realizan duchas vaginales.
El flujo en estos casos puede volverse blanco, aunque también gris o verdoso, y va acompañado de mal olor vaginal, picores y ardor al orinal. Si tienes estos síntomas has de acudir de inmediato al ginecólogo.
Comúnmente conocidas como candidiasis, las infecciones micóticas afectan, al menos una vez en la vida, a casi el 75% de las mujeres. Cuando sucede el flujo se vuelve blanco, pero además tiene un aspecto cuajado y con grumos, además de incluir síntomas como ardor y picazón alrededor de la vagina.
Cuando se produce un embarazo, los niveles de progesterona aumentan, al igual que cuando se acerca la menstruación. Por este motivo las mujeres que están buscando un embarazo suelen estar pendientes de posibles modificaciones en su flujo vaginal, ya que se considera uno de los primeros síntomas.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS), como gonorrea, clamidia o tricomoniasis provocan cambios en el flujo vaginal. No todas estas infecciones presentan síntomas, pero la gonorrea o clamidia pueden hacer que el flujo sea amarillento, más que blanco. La tricomoniasis además, causa picores y un olor vaginal a podrido. No es necesario decir que en estos casos hay que acudir al ginecólogo lo antes posible.