Un 23 de julio de hace 17 años perdimos a Carmina Ordóñez. La mujer más 'divina' del papel couché era hallada muerta en su domicilio antes de sobrepasar la barrera de los cincuenta a causa de una insuficiencia cardiaca, consecuencia -tal y como han asumido sus tres hijos a lo largo de este tiempo- de los malos hábitos que manifestó en su última etapa vital. Con su adiós, Fran y Cayetano Rivera, así como el menor de su prole, Julián ContrerasRivera, así como el menor de su prole, Julián Contreras, se quedaron huérfanos de una madre que siempre lo vivió todo con intensidad. Una despedida antes de tiempo de la que su hijo mayor ha hablado con honestidad en su sección de entrevistas para 'Espejo Público'.
En una conversación con Pablo Carbonell en la que el humorista se declara "drogadicto", el torero ha expresado su dolor por esa época en la que su madre "jugó con la muerte". "Yo perdí a mis padres hace dos días prácticamente y tú la perdiste muy joven, esto tiene un peso muy fuerte", le planteaba el actor con empatía, "sorprendido" de que Francisco "pueda hablar" de Carmina desde la calma siendo consciente de que "debería estar aquí".
Sin quitarle importancia al fallecimiento de Paquirri, al que perdió en su infancia ("Tu padre jugaba con la muerte, bailaba con ella, tu madre no"), el mayor de los Rivera ha discrepado ante esta afirmación contando que, "aunque nadie se lo esperaba", Ordóñez llevaba un tiempo en esa fina línea. "Tú sabes perfectamente que la droga es muy mala y que casa en la que entra, la destroza", ha denunciado, tratando de inculcar a su audiencia de los peligros de una adicción que terminó con su madre.
Por poner un ejemplo, Fran ha desvelado que él no ha fumado "en la vida" y que tampoco ha probado ningún tipo de sustancia. "Lo cuento porque yo me lo he pasado igual de bien o mejor que muchos amigos míos que sí que se drogan. Voy a la Feria, al Rocío, a un montón de fiestas, y me lo he pasado increíblemente bien. He estado en la Feria dos días sin dormir y no he probado una droga", ha declarado, insistiendo en que "no hace falta droga para pasárselo bien" ni ser "el guay del grupo".
La primera que le hizo abrir los ojos en este sentido fue, precisamente, su madre. Cuando Fran Rivera tenía unos ocho o nueve años, en pleno auge del consumo de la heroína, una Carmina que aún no consumía sentó a su hijo mayor en el sofá y le "obligó" a ver un documental sobre el impacto de las drogas. "Se me quedó grabado", ha recordado.
El tiempo y el hecho de que la droga estuviese presente en su entorno le hizo verlo en la práctica. "Amigos míos que se meten una raya dejan de ser agradables, simpáticos, ya no tienen conversación. Les veo y pienso: no me compensa", ha confesado. Un planteamiento que ha refutado Pablo Carbonell en esta conversación y que ha advertido de que, aunque drogas blandas puedan parecer menores, pueden llegar a cambiar el rumbo de tu vida.