Días especialmente amargos para la pareja formada por Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. A mediados de la semana pasada, Álvaro, Gonzalo y Morgana, los hijos del premio Nobel, nos informaban que su padre había sido ingresado en la clínica Ruber de Madrid debido a “unas complicaciones relacionadas” con su positivo en coronavirus. Su ingreso solo buscaba vigilar de cerca su evolución para evitar que su estado de salud se agravara aún más. Afortunadamente, este lunes los médicos le han dado el alta y ya descansa en casa junto a su pareja, que también ha superado la enfermedad.
“Mario me contagió, pero ya estoy bien”, relataba su experiencia en primicia para la revista ¡Hola!, donde celebraba su propia recuperación y el alta médica del escritor, que antes de abandonar el centro médico quiso agradecer al personal sanitario “su devoción y amistad” y el buen resultado de su tratamiento. Un texto que iba acompañado de una imagen en la que aparece sonriente junto a sus vástagos. “Mario acaba de llegar a casa. ¡Está muy bien! ¡Qué alegría!”, explicaba emocionada la socialite, que está proporcionando a Vargas Llosa en casa los cuidados necesarios para que la convalecencia pase rápidamente.
Con el respaldo de su entorno más cercano, que ha estado muy preocupado por su estado de salud y de sus avances en todo momento, Mario, de 86 años, abandonaba el hospital acompañado de su hija, haciendo saber al reportero de Europa Press que cubría su salida que, afortunadamente, se encuentra “bien”. Morgana, por su parte, rogaba a la prensa que respetara a su padre porque aún “está cansado” después de estos complicados días. Durante este tiempo, Isabel y la hija de esta, Tamara Falcó, que mantiene una magnífica relación con él, también han sido un gran apoyo, aunque desde la distancia.
Fuera de peligro, y ya en su domicilio, como ha informado su familia, se espera que pronto pueda reaparecer y retomar su agenda. Hasta el momento, este problema de salud ha impedido que el peruano haya podido acudir a la cita que tenía programada para este lunes con el director de la RAE para la presentación de ‘Cervantes’, su nuevo libro. Tampoco pudo disfrutar del Domingo de Resurrección ni asistir al pregón taurino que se celebró en Sevilla. Vargas Llosa deberá descansar y recobrar fuerzas antes de pisar de nuevo cualquier acto.