'Villa Meona', la histórica casa de Isabel Preysler, se ha convertido en parte de la historia de la prensa rosa de nuestro país. Es ahí donde la socialité vivió sus últimos momentos junto a Miguel Boyer o donde falleció Beatriz Arrastia, la madre de Isabel. También fue el lugar donde Tamara Falcó vivió su juventud y su madurez, resistiéndose a abandonar el hogar familia durante muchos años.
La casa de Isabel Preysler se ha convertido en un lugar de tránsito para muchos de nuestros famosos. Además, tanto sus hijos como las parejas de estos no dudan en pasar largas temporadas en el chalet de Puerta de Hierro cuando están en España. La vivienda, situada en una de las zonas más privilegiadas de Madrid, recibió el apodo de ‘Villa meona’ debido a la cantidad de baños con los que cuenta, con un total de catorce, sin que ningún inquilino comparta aseo.
Lo cierto es que todo en la casa está construido con mucho mimo y cariño, al igual que la decoración. Una de las zonas más impresionantes es la piscina cubierta que está climatizada y tiene un gran salón, donde puedes relajarte antes o después del baño. Esa parte de la casa está decorada con muebles de madera y con distintas plantas que proporcionan ese toque más salvaje. Además, está construida con grandes puertas de cristal con marcos blancos, que proporcionan mucha luminosidad al espacio.
Además de la piscina interior, la casa tiene una exterior para disfrutar en los meses de más calor. Es en el jardín, con 5.045 metros cuadrados y 2.000 edificados, donde se emplaza este oasis, rodeada de altos árboles y un verde césped. Además, también en el exterior nos encontramos con una impresionante terraza, donde priman las sillas y las mesas de hierro combinada con cristal y las enredaderas que suben por la fachada de la vivienda.
Entre las trece habitaciones que hay en la casa, una de las favoritas de la familia es la que tiene un sillón de lectura y una magnífica vista al exterior, a la parte del jardín. Respecto a los dormitorios, Isabel tiene un gran collage con una infinidad de fotos de familia, mientras que Tamara se decantó por una decoración más discreta. En él predomina el color blanco, combinándolo con dorado y madera más oscura. En la parte superior del cabecero, Tamara colocó una cruz, debido a su gran relación con la religión.
Sin duda, una de las estancias que más impresiona es la gran biblioteca y despacho. Este cuenta con una gran estantería llena de libros, que seguro que será el lugar favorito de Mario Vargas Llosa, para cultivarse intelectualmente. También, cuenta con toques más modernos y con una gran alfombra estampada.
Una de las zonas más tradicionales, a la hora de decorar, es la cocina. Esta consta de unos muebles y cortinas que probablemente llevan ahí desde que se construyó la casa hace ya muchos años. Es ahí donde Tamara ha cocinado mucho y donde se ha entrenado para preparar su libro de cocina y todas sus recetas.