Kanye West anunciaba hace solo unas semanas su intención de presentar su candidatura para las elecciones presidenciales estadounidenses que tendrán en lugar el próximo mes de noviembre. Y desde que se conoció la noticia, el rapero ha estado en ojo del huracán.
La polémica siempre ha rodeado su extravagante carrera artística, y ahora le está acompañando también en su salto a la política. En su primer mitin electoral en Carolina del Sur, West apareció vestido con un chaleco antibalas, llegó a afirmar que "disparar es divertido" y confesó haber presionado a su mujer, Kim Kardashian, para que abortase cuando estaba embarazada de North, la mayor de los cuatro hijos del clan Kardashian-West. Sus propuestas y palabras no hicieron más que acrecentar las dudas sobre su candidatura.
Varios medios estadounidenses afirmaban que estos y otros comportamientos podrían estar relacionados con un brote del trastorno bipolar que padece el artista. Y la situación se ha complicado hace solo unas horas, cuando Kanye ha publicado varios tuits polémicos en su cuenta personal que finalmente ha acabado borrando.
En dichos mensajes, el artista criticaba a su mujer y a su suegra, Kris Jenner, afirmando que está pensando en pedir el divorcio y acusando a su familia de haber intentado ingresarle en un hospital. Estos últimos movimientos han sido los que han provocado que la propia Kim haya querido hablar abiertamente de la enfermedad que sufre su marido y cómo afecta a su familia en su día a día.
Lo ha hecho a través de sus stories de Instagram, donde ha publicado tres textos en los que, por primera vez y para aclarar "estigmas y confusiones relacionadas con la salud mental", habla abiertamente del trastorno bipolar de Kanye. Y ha confesado ante sus 180 millones de seguidores cómo es vivir con el artista y qué repercusiones tiene para su familia el desorden de West, a quien ha definido como una persona "brillante pero complicada".
Kim ha dejado claro desde un primer momento que entiende la proyección pública de su marido, y que, como tal, está sujeto a crítica y sus acciones suscitan repercusión. Pero también ha querido dar contexto a la situación personal del rapero, asegurando que recibe muchas presiones de la sociedad, como artista y como hombre negro, y que siempre ha estado marcado por la pérdida de su madre y el diagnóstico de su trastorno.
Precisamente por eso, ha querido apelar a aquellas personas que conocen de cerca la enfermedad, y pedir compasión y empatía a los medios de comunicación y a la opinión pública. Kim ha reconocido lo difícil y doloroso que es entender y vivir con una circunstancia así. Sobre todo porque, como apuntan sus palabras, por mucho que se involucren su familia y amigos, las cosas no cambian hasta que la persona en cuestión se compromete y pide ayuda. "Los que están cerca de Kanye conocen su corazón y entienden que, a veces, sus palabras no se alinean con sus intenciones", ha admitido.
Desde que el artista anunció en sus redes sociales su intención de intentar llegar a la Casa Blanca, muchos han fantaseado con la posibilidad de que la más popular de las Kardashian, que recientemente ha estrenado nuevo look tras ser oficialmente billonaria, se convirtiese en primera dama. Y la empresaria ha querido hacer también referencia a los planes de su marido en su carrera política.
Kim ha asegurado que vivir con un trastorno bipolar no reduce ni invalida los sueños o ideas creativas de su marido, "no importa lo grandes o inalcanzables que puedan ser". La hermana de Kendall y Kylie Jenner ha reconocido que este tipo de deseos forman parte de su genialidad y ha recordado que no sería el primer gran sueño de su marido que se acaba cumpliendo.