María Castro dio a luz a su segunda hija el pasado mes de octubre. Desde entonces, la actriz no ha dejado de visibilizar la dureza de la maternidad en sus redes sociales, tratando de normalizar temas tabú que no deberían de serlo y hablando alto y claro sobre las dificultades que supone ser madre en muchas ocasiones. Ahora, la actriz se ha adelantado al Día de la Madre y ha escrito una preciosa carta a todas las madres del mundo, en la que reivindica la visbilización del parto por cesárea desde su propia experiencia personal.
"Salgo de la ducha, observo la evolución de mi cicatriz y, como cada día, me estremezco al recordar el DOLOR de la primera vez que me tuve q poner en pie...", escribe la intérprete mientras abraza su herida y recuerda que este mes que termina era el de la concienciación de la cesárea. "Creo que las mías se merecen este espacio", añade.
"La primera cesárea fue programada... creo q agoté a Maia con tanto trabajo durante el embarazo, que se sentó al quinto mes y ahí, cómodamente, espero la orden de salida... Lejos de darme miedo la intervención, me enfrentaba muy impresionada a ella. Mi única misión aquel día era esperar, tratando de mantener la calma, para conocerla. No tenía que empujar, no tenía q respirar, no tenía que hacer nada... solo ESPERAR, junto a José, y visualizar la nueva realidad... Que en unos minutos, tras entrar 2 en el quirófano, y conocer al amor de nuestras vidas, saldríamos 3... y 3 para siempre", relata hablando del parto de su primera hija, que nació en junio de 2016.
Tras quedarse embarazada de Olivia, María Castro estaba convencida de que esta vez sí podría dar a luz vía vaginal. La actriz es deportista, sana y la niña no era demasiado grande como para que se produjesen complicaciones durante el parto, sin embargo, "no pudo ser". "Quería conseguir uno de mis sueños, 'parir como las demás' me decía yo. Lo intenté, JURO que lo intenté...pero NO pudo ser. O ella no estaba preparada para salir (fue provocado en semana 39 por cuestiones médicas) o yo no estaba preparada para soltarla...pero tras 5 horas de dilatación, llegaba la noticia: "No puede ser María... tu cicatriz anterior sufre y corre el riesgo de desgarrarse, y no nos la podemos jugar".
La gallega no duda en reconocer que en aquel momento lloró, porque estaba convencida de que podría tener a su hija sin necesidad de una segunda cesárea. Pero del mismo modo en que reconoce que lo pasó mal en aquel momento, también asegura que no se avergüenza de ello, ya que tras sus lágrimas llegaría lo mejor de todo: el nacimiento de Olivia: "Cesárea exitosa, papá emocionado, mamá feliz y dolorida, hermana mayor expectante ¡y bebé sana y salva!".
"Ya nunca más volveré a usar la expresión “parir como las demás” porque al final cada parto es único y todos y cada uno de ellos llevan detrás una emocionante historia. Sea como fuere, y elijan la puerta de salida que elijan, seguiremos siendo unas valientes...porque todas somos las mejores madres del mundo. #cesarea", concluye en su alegato.