Micromachismos. Dícese de los comportamientos que intentan reforzar la superioridad del hombre frente a las mujeres por medio de tretas tan imperceptibles que logran colarse en nuestra sociedad sin apenas darnos cuenta. Están ahí desde siempre, en cada frase, en cada gesto. Pero a la larga producen un daño irreparable. Nos persiguen cuando hablamos de maternidad, de brecha salarial, de roles en la pareja, de diferencia de edad, de moda y de belleza. Incluso se nos escapan sin ser nosotros nada de eso. Y en esas conversaciones de ascensor en las que parece que todos tenemos opinión casi siempre les toca pagar el pato a las celebrities.
El machismo (así, sin prefijo) es algo transversal que hace mella, y mucha, en sectores de apariencia tan frívolos como la farándula a la que tanto ponemos el ojo en esta web. Cuánto juicio de valor han tenido que aguantar nuestras vips por ser famosas y no famosos.
Qué pocas oportunidades han tenido de hablar de su trabajo porque su vestido era 'mucho más importante' que su profesión. Cuántos complejos se han quedado incrustados en nuestra mente por ver cómo se criticaba a boca llena a esa actriz a la que habían 'pillado' en bikini. Y así hasta el infinito. 'Micromachismos, cómo detectarlos y combatirlos' es la Biblia perfecta para todo el que quiera ver la prensa rosa con las gafas violetas puestas, entonando el mea culpa si es necesario. Un libro escrito por Geles Hornedo y Aitor Alonso que nos hemos dispuesto a desentrañar en clave divinity.
Cuánto han ayudado las famosas a desterrar estas frases tan dañinas y cuánto hemos avanzado desde que decidieron denunciar las presiones que sufren por la dichosa maternidad. Ya lo dijo Chenoa en el libro de Carlota Corredera, otra manual para feministas principiantes que llevaba bajo título 'Hablemos de nosotras'. En él confesaba la "frustración" que sentía cada vez que le preguntaban si iba a ser madre. Sobre todo en un tiempo en el que se la estigmatizó por estar soltera (sí, eso también pasa).
"He sufrido endometriosis, principio de cáncer de útero, quistes… De hecho, estoy operada dos veces por laparoscopia", contó. "A mí me lo preguntaban en una época en la que igual si quería, no podía". Pero Chenoa es mucha Chenoa y decidió darle la vuelta a las preguntas sexistas que día sí día también tenía que toparse en cada photocall.
Son muchos los personajes populares que han luchado por desligar el hecho de ser mujer con la maternidad. Porque a ellos no se les plantea. Y porque tampoco pasa nada por decir abiertamente que ser madre nunca estuvo en tus planes. O que lo estuvo y al final nada, o viceversa. Vivan las "malasmadres" y su afán por demostrar a golpe de post que esa realidad que nos pintaban era un cuento chino.
¿Cómo que me ayuda? ¿Es que no es su responsabilidad? Esta nueva ola del feminismo, tal y como se trata en 'Micromachismos', nos ha permitido poner sobre la mesa el concepto de la corresponsabilidad. Históricamente se ha asignado el hogar y los cuidados a la mujer. Así, sin preguntar y sin que estuviese firmado en ningún lado. Porque eso nos ha enseñado el patriarcado. El micromachismo está en los que preguntan a las vips por estas cotidianidades y no lo hacen con ellos. También en las que contestan asumiendo que es cosa suya, trasladando esta realidad a la imagen pública. Pero eso ya ha pasado a ser la excepción.
"¿Y el padre qué tal, colabora mucho?", le preguntaron a Dafne Fernández poco después de dar a luz a su hijo Jon. El zasca feminista de la actriz se escuchó en Sebastopol: "Bueno, el 50%. En mi casa siempre se ha colaborado por igual las mujeres y los hombres. Y yo creo que esta generación es feminista de cuna, no hay que explicarle nada, su padre es igual que yo".
Cuestión planteada por Cate Blanchett en una gala de los Oscar. Le preguntaban por quién había firmado su vestido. Y ella, con unas cuantas nominaciones a las espaldas y más de una peli por promocionar, se negó a que su compañero de al lado no pasase por el mismo rasero. Ahora ya es habitual escuchar cortes de este tipo. Algunas cogen y se van, con toda la razón. Y otras como Chenoa, que como se ve es experta en aguantar micromachismos, lo utilizan en su favor: "El vestido está bien, me lo he puesto mientras estaba sonando mi canción 'A mi manera".
Con esto entramos en el famoso debate de la 'tiranía de estar perfectas', de estar dentro de lo normativo solo si eres mujer. Si eres hombre todo vale. De ahí la falta de papeles interesantes para actrices de más de cuarenta, el hecho de que un personaje público deje de estar activo en cuanto empiezan a aparecer las arrugas... ¿O acaso se nos ocurre leer un titular que diga "El posparto de Risto Mejide, sin filtros: ojeras y barriga 'blandiblú", como plantean Geles y Aitor? Todo cosificación.
En el libro también se explora el papel de la mujer en el mundo laboral. Claro que hay brecha salarial (entre los puestos directivos, solo un 8% lo ocupan mujeres), claro que hay desigualdad de oportunidades. Eso sí, en cuanto una mujer despunta es obligatorio dar explicaciones. ¿O es que nos hemos olvidado de refranes como "Triste está la casa donde la gallina canta y el gallo canta"? ¿O ese tan recurrente "ella es la que lleva los pantalones"?
Por eso, tanto Geles Hornedo como Aitor Alonso proponen caer en la importancia de las palabras. Sabias fueron las palabras de Candela Peña cuando en una entrevista la acusaron de ser una mujer con carácter. "Odio que se diga eso de que tengo mucho carácter, cómo se mide, qué quiere decir eso", manifestó. Un speech que apostilló denunciando la ausencia de personajes femeninos que no tuviesen "un chulo detrás" o que subtexto fuese ser "mujer de".
Todo esto es una milésima parte de lo que puedes aprender leyendo (y tomando nota) con 'Micromachismos, cómo detectarlos y combatirlos'. Si ya lo tienes, sabrás de lo que hablamos. Y si no, tienes la oportunidad de llevar un ejemplar contestando a una simple pregunta. ¡El concurso está abierto!