“A principios de este año me diagnosticaron una enfermedad pulmonar rara y me dieron siete meses de vida”, así ha comenzado Miroslava Duma a relatar unos resultados que le han cambiado la vida. Fundadora de una revista de moda y estilo de vida, la influencer, que alcanza en su Instagram más de un millón y medio de seguidores, ha querido compartir con ellos su situación actual y el cambio que ha pegado su vida desde que conoció su enfermedad.
“Fue una locura aterradora, pero mirando hacia atrás, me doy cuenta de que los últimos meses de recuperación han sido posiblemente los meses más felices de toda mi vida. De repente dejé de correr la maratón y me di cuenta de lo mucho que amo la vida, lo hermoso que es nuestro mundo y cuánto quiero quedarme aquí, con la gente que amo”, explica. “Por primera vez en mi vida vi el azul brillante de los cielos. Y el hermoso verde de los árboles, como si hubiera vivido en un planeta diferente antes. Me despierto feliz, solo porque puedo pasar un día más aquí. No pedir más o intentar correr más rápido”, ha contado.
La influencer también ha relatado que estos resultados también le han afectado en ella profesionalmente. Su relación con las redes sociales ha cambiado: “Durante toda mi vida estuve buscando la aprobación y obsesionándome con los ‘me gusta’, tanto en el mundo físico como en el virtual, sin darme cuenta de que realmente tenía que aprender a ‘gustarme’ a mí misma primero”, cuenta. “Años de autocrítica y dudas, estrés, dietas, presión física, mental y emocional, presionándome y presionándome a mí misma hicieron que mi sistema inmunológico colapsara y me enfermé. Ahora me doy cuenta de que los últimos meses también fueron los meses más creativos de mis 34 años”, se sincera.
Su muro de Instagram también ha pegado un giro en los últimos meses. Lo que antes estaba solo relacionado con la moda ahora se ha convertido en una fuente donde se puede ver su activismo por el cambio climático: “Sin embargo, el éxito para mi hoy ya no se mide con indicadores externos, sino con lo que hay dentro. Se mide por mi propia salud y la salud de aquellos que amo. Se mide por como elijo contribuir al mundo. Durante los últimos dos años, el universo me hizo experimentar una serie de eventos notablemente fortuitos que a veces se sentían surrealistas; cómo un error tonto, cometido por mi abogado, me llevó a un diagnóstico temprano y me dio la oportunidad de vivir. Vi letreros en todas partes, como si alguien me estuviera diciendo: ‘No te rindas’”, explica.
“Hoy sigo persiguiendo mi gran sueño y realmente creo que puede ayudar a salvar nuestro planeta. No importa cómo. Y contra viento y marea. Algún día espero poder contaros todo al respecto. Y lo más importante: gracias a todas las personas maravillosas de mi vida, os amo con todo mi corazón (y mil pulmones)”, terminaba.