El bienestar mental debe equipararse al físico y, de igual forma que se acude a un centro médico para erradicar una dolencia, se debe acudir a un psicólogo cuando nuestra salud lo requiera. El miedo a exponer los problemas o la inseguridad ante lo desconocido son algunas de las razones a las que se acoge cierta población que se niega a asistir a terapia. Por suerte, cada vez son más los rostros conocidos que aprovechan su altavoz y explican cómo esta decisión les sirvió de guía y apoyo en momentos complicados. Es el caso de Nuria Marín, que ha querido charlar con naturalidad sobre este tema y ha desvelado cómo acudir a un profesional le ayudó a la hora de gestionar sus emociones en una etapa complicada de su vida.
La presentadora confesaba que la falta de herramientas a la hora de afrontar la muerte de su padre fue la razón que la empujó hasta una consulta. “Fue cuando me enteré de que por el cáncer le quedaba menos de un año de vida y quería hacerme a la idea y prepararme”, aseguraba. “Cuando murió me ayudó mucho a sobrellevar el duelo, enfrentarme a mis miedos”. Un tema que prefería dejar aparcado y no desarrollar más porque estaba empezando a sentirse incomoda y porque sentía que, al contarlo, lo estaba utilizando.
Del mismo modo comentaba que, en ese momento, además de ayudarla a sobrellevar el fallecimiento de su progenitor, también le sirvió para “cosas puntuales que le podían pasar, como el estrés en el trabajo, problemas familiares o con amigos”. La terapia se ha convertido para ella en un instrumento imprescindible para autoexaminarse y tener mayor conocimiento sobre sí misma.
“Puedes pensar que no sirve o que no avanzas, pero sí”, hablaba desde su propia experiencia. “Los que decís que no vais porque es muy caro, son entre 60 y 80, depende del terapeuta. Al principio tienes que ir una vez a la semana, pero luego puedes espaciar”. Nuria, muy consciente de que estamos en un “momento complicado”, animaba a todos a asistir a una sesión y que comprobaran de primera mano los resultados, aunque piensen que no lo necesitan. “No es necesario que os pase nada, podéis compartir con ellos cualquier cosa o conoceros mejor a vosotros mismos”.
La naturalidad se apodera de las redes y, al igual que Marín, cada vez son más las vips que hablan sobre temas como la salud mental o que hacen públicos sus complejos físicos sin miedo al qué dirán. La copresentadora de ‘La última cena’ desvelaba cual había sido el suyo y comentaba cómo había puesto remedio a través de una publicación en la que recuperaba una foto del pasado, concretamente del 2005.
“Hace mucho que pensaba en subir una foto mía antes de ponerme la ortodoncia, pero me daba corte”, explicaba la periodista a través de un post, donde descubría que estuvo “acomplejada” por su dentadura y que por ello, en ocasiones, trataba de no sonreír para ocultarla. Después de 3 años de “aparatos, llagas, heridas y no comer manzanas ni bocatas a bocados” ese complejo formaba parte de su historia. “Este es mi pasado y lo comparto con vosotros. Si estáis dudando si arreglaros la boca, de verdad, hacedlo. No solo es estética, es salud”, recomendaba.