Hablamos de una de las influencers que más éxito tiene entre el público ‘millenial’ patrio. Paula Gonu ha logrado que más de 2 millones de seguidores sigan con atención todo lo que publica en su cuenta de Instagram y más de 1 millón y medio de ‘personas guapas’ (apodo que utiliza para referirse a sus fans) se suscriban en su cuenta de Youtube. Dejando aparte esta brillante carta de presentación, la catalana, como viene siendo habitual, ha interactuado con sus incondicionales fans pero, en esta ocasión, para pedirles ayuda con un peliagudo asunto que está dándole más de un quebradero de cabeza.
La joven de 28 años ha denunciado públicamente que está siendo víctima de una extorsión. “Me están amenazando con publicar supuestos vídeos que han extraído de mi móvil si no pago 1600€ en menos de 48 horas”, ha dado todos los detalles de su caso en Twitter, donde suma más de 270 mil followers, a quienes ha pedido colaboración mediante una pregunta: “Evidentemente, no voy a pagar, ¿cuál es la forma más rápida y eficiente de denunciar esto?”, quería saber Gonu cuál es la vía más rápida para actuar contra aquellos que estaban amenazándola y presionándola al hacerse, supuestamente, con material íntimo suyo.
Sus seguidores, en primer lugar, han tranquilizado a la influencer recordando que probablemente no tengan el contenido con el que la están intimidando y solo sea un cebo para que pague. “La manera más fácil y eficaz es llamar directamente al número de teléfono del Instituto Nacional de Ciberseguridad, que es el 017, ellos te darán consejo y darán parte a las autoridades. Ante todo no cedas”, le aconsejaban a Gonu, que no estaba dispuesta a “dejarlo pasar sin más”. “Puedes efectuar la denuncia en cualquier comisaría de policía o en un cuartel de la Guardia Civil, es necesario que lleves el mensaje donde proponen la extorsión”, le mostraban todas las vías posibles para denunciar este delito y sus acosadores acaben pagando por sus actos.
La influencer no ha sido la única que ha sido víctima de un chantaje de este tipo. Itziar Castro, a finales del pasado año, tras estar varias horas “intentando solucionarlo” por su propia cuenta, se ponía en contacto con las fuerzas del orden a través de la misma plataforma para denunciar que un hacker había robado su cuenta de Instagram y estaba reclamando dinero a cambio de devolverla. “¿Y ahora qué?”, se preguntaba la actriz, indefensa ante los ataques de estos piratas informáticos.