La vida de Pau Donés se apagaba el 9 de junio de 2020 a causa de un cáncer que le diagnosticaron en 2015. Una enfermedad que le dejó el tiempo suficiente para disfrutar del que fue “su gran amor”, su hija Sara. Esta joven fue su ‘jarabe’ contra esos palos con los que le tocó batallar. El líder de Jarabe de Palo, mentor espiritual y principal compositor se marchaba de este mundo dejando en manos de ella y de sus hermanos su inmenso legado.
La única hija del músico eligió el anonimato y de momento no ha roto esa regla. Por el momento ha preferido que sean sus familiares quienes den la cara en los homenajes, entregas de premios y reconocimientos póstumos. Sin embargo, la joven ya ha tomado las riendas de la herencia de Pau, al menos de manera oficial. El pasado 3 de marzo, el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicó que es la nueva socia única de Tronco Records, la discográfica que creó su padre a finales de los 90, que administrará de forma solidaria junto a su tío Marc.
El accionista y administrador único de la discográfica era Pau hasta hace un par de años, cuando quiso dejar todo arreglado consciente de que estaba en la recta final de su vida. El intérprete de ‘La flaca’ cambió la configuración de la sociedad y dejó de ser el administrador único, nombrando entonces como administrador solidario a su hermano Marc, con quien también gestionaba Casa Alena Bichos y Verduras SL, dedicada a la compraventa de bienes inmobiliarios y en la que aún no se ha producido el esperado revelo.
Tronco Records siempre tuvo las cuentas saneadas. Si los beneficios en el ejercicio 2019 se situaron en los 207.000 euros, en el siguiente año superaron los 425.000€. Los activos de la empresa han incrementado cerca de un millón de euros, y su cifra de negocio ha pasado de los 920 mil euros al millón doscientos mil. La sociedad dispone de un patrimonio de 7.5 millones de euros que se traduce en su mayor parte en inmuebles.
Asimismo, el músico tenía a su nombre varias propiedades que ya ha heredado su hija. El éxito de Pau le sirvió para amasar grandes cantidades de dinero e invertirlo en bienes inmuebles. Contaba con viviendas en varios puntos de la geografía española: en Montanuy, Formentera, Barcelona y el Valle de Arán, refugio final de Donés en los Pirineos y donde se rodó su entrevista final con Jordi Évole.