Tamara Falcó revolucionaba las redes sociales la pasada noche del miércoles tras colgar una imagen junto a Íñigo Onieva, su novio, e Isabel Díaz Ayuso. El portal Vanitatis informaba que la presidenta de la Comunidad de Madrid había sido invitada a una de las comentadas cenas que organiza Isabel Preysler en Villa Meona, ubicada en la madrileña urbanización de Puerta de Hierro. La política, vestida para la ocasión con el mismo vestido con el que presentó el pasado mes de mayo la nueva edición de la Copa Davis, se fotografiaba con la pareja nada más llegar a Miraflores.
Una escena de la que presumieron en sus redes sociales con orgullo, aún sabiendo que esto iba a generar cierto revuelo e iba a dar mucho que hablar entre sus seguidores. “Mujeres que inspiran. ¡Viva nuestra presidenta y viva Madrid!”, exclamaba Falcó en el título de este comentado post, que ha sido recogido por numerosos medios de comunicación tras su publicación. “presidenta, Madrid te debe no una sino dos. We are Ayusers (Nosotros somos Ayusers)”, mostraba su apoyo público Onieva a Isabel, que no dudaba en piropear a la hija de la reina de corazones: “¡Guapa!”
Este apoyo público ha tenido el respaldo de parte de su legión de fans, que estaban de acuerdo con que la socialité expresara libremente su ideología y sus convicciones, pero también ha generado una avalancha de críticas de usuarios que no comprenden que un personaje tan mediático se moje tanto sobre política. “Vas perdiendo puntos”, mostraba su decepción una usuaria. “No te hacía yo apoyando a esa persona. Sorprendido, y no para bien, me dejas”, lamentaba otro. “Te posicionas demasiado y eso no es bueno”, achacaba uno más.
Mientras que Falcó y Onieva han sido los protagonistas indiscutibles de la crónica social estas últimas semanas por una supuesta crisis derivada de una infidelidad, Ayuso también tuvo su espacio en la prensa rosa tras ser pillada en Ibiza besándose con su nuevo novio tras su ruptura con Jairo Alonso. Aunque es cierto que en un principio la identidad de su nuevo amor era una incógnita, pocas horas después de salir publicada exclusiva de ‘Lecturas’ lográbamos saber más de él.
Se trata de Alberto González, tiene 43 años, está divorciado y tiene tres hijos. La pareja alquiló un coche en la isla pitiusa y se acomodaron en un apartamento que habían cogido en pleno centro. No fue hasta el sábado por la mañana, creyendo que los fotógrafos no les tendrían localizados, cuando se relajaron y oficializaron su relación con un apasionado beso en una terraza de Marina Botafoch, tal y como señalaba la revistada citada anteriormente. En los dos días que duró su viaje exprés, Cala Comte y Cala Tarida fueron las dos playas donde fueron inmortalizados disfrutando de las magníficas temperaturas baleares.