Ha pasado medio año desde que Tamara Falcó tuviera que despedirse de su padre. El marqués de Griñón fallecía en la Fundación Jiménez Díaz a causa de la epidemia que asola a nuestro mundo. Una muerte que se producía en el peor momento de esta crisis, cuando nuestro país estaba paralizado por el estado de alarma. Un hecho que impidió que los hijos de Carlos Falcó pudieran despedirse de él como hubiesen querido. Con la nueva normalidad instaurada en España, la hija de Isabel Preysler no ha olvidado lo peligrosa que puede llegar a ser esta enfermedad: acatando con rigurosidad todas las normas de seguridad impuestas e incluyendo medidas a la hora de tener algún tipo de contacto con ella o con alguien de su familia.
Más allá de su faceta de colaboradora televisiva, Tamara también desempeña su trabajo en aquellos eventos donde es imagen. El último, como embajadora de la marca ‘Maison Sisley’, que abría esta misma semana su primera sede en España. Una presentación a la que no ha querido faltar, citando a los medios de comunicación para promocionar la firma y para enfrentarse a las preguntas que ellos consideraran, pero con una única exigencia: que antes de la entrevista se realizaran un test rápido, para asegurarse que no hubiera nadie contagiado. "El otro día vinieron a casa a hacer un reportaje de una revista y a todo el mundo se lo hicieron las chicas", relataba lo concienciada que se encuentra con el tema. "Aquí no pasa nadie sin hacérselo. Los tengo en la puerta de casa, los test y el felpudo", aseguraba entre risas a la prensa allí presente.
Una vez que se había asegurado que los reporteros no tenían COVID, Falcó se ha sincerado y ha respondido a todo. Incluso ha recordado lo duro que fue afrontar la pérdida de su padre. "Cuando pierdes a alguien tan allegado, y que es totalmente irremplazable, pues bueno. Por una parte con mi fe, que es muy importante y yo creo que me voy a volver a encontrar con él (…) Es parte de la vida también, aunque nunca te acabas de acostumbrar", narraba ante los micrófonos de Europa Press. Carlos, su padre, habría decidido que ella heredara el título de marquesa de Griñón, algo que le produce mucha emoción. "A mí me hace ilusión que mi padre lo hiciera. Me pareció un gesto que nos llegó a todos y súper bonito, y la verdad es que sí, significa un montón".
A pesar de todo, este confinamiento dejaba una buena noticia para la familia: la pronta llegada al mundo del segundo hijo de Ana Boyer, su hermana. Una llamada a la cigüeña que habría hecho ilusión a todo su entorno. "La verdad es que yo creo que Miguel va a estar encantado de tener a alguien con quien jugar", reconocía a la misma agencia sobre el primer hijo de Fernando Verdasco. "Estamos todos muy contentos porque él nos da la vida, así que imagínate dos en casa". Hablar de su sobrino hace que se le ilumine la mirada, incluso cuenta algún que otro detalle inesperado sobre cómo ha cambiado físicamente. "Es el único niño que desde bebé tenía bíceps. Es que me hace muchas gracia porque cuando nació era un clon de Fernando y ahora empieza a parecerse más a nosotros".