Lleva meses asegurando que escribir su último libro, 'Cuando el corazón llora', estaba siendo una liberación para ella. Tamara Gorro lleva más de un año y medio intentando superar la depresión y el trastorno de ansiedad que sufre, y ha eso se ha sumado su separación de con Ezequiel, padre de sus dos hijos. Están siendo meses muy duros para ella y, para poder sincerarse en este libro, la empresaria ha viajado a la niña a la que le tocó "vivir experiencias que no debería haber tenido" y a la adolescente que sufrió "un terrible episodio que creía olvidado".
En las páginas de 'Cuando el corazón llora', Tamara Gorro ha contado que fue víctima de abusos sexuales cuando era una niña. Esta es la explicación de por qué ha llegado "a este punto" de su depresión, y hablar de ello delante de sus seguidores supone "una liberación" para ella.
Era una niña y soñaba con ir a un campamento igual que hacían algunas de sus amigas. Un año, su madre aceptó y, junto a una amiga, se encargaron de buscar un campamento que les diese "confianza". Una vez allí, Tamara Gorro no pudo evitar fijarse en un perro, un pastor alemán grande que tenía como dueño al padre del dueño del campamento. "Era amable, le conocíamos todos. Se acercó al lavado en el que yo estaba apoyada y me preguntó que, como no estaba lavando ropa, si me quería ir con él a pasear al perro. Yo emocionada le dije que sí, su perro me encantaba", comienza a relatar la empresaria.
Los dos comenzaron a pasear por el campo, entre muchos árboles, cuando ocurrió lo que jamás se habría imaginado. "Él se acercó a mí, me cogió con las manos por los dos mofletes, comenzó a presionar mi cara y luego me la acercó hacia su boca. Yo no pestañeaba, vi que sus ojos se cerraban y que su boca se abría, sentí como su lengua entraba en mi boca. Una de sus manos comenzó a bajar por mi cuerpo, pasando mi pecho y llegando hasta mis partes, y ahí apretó fuerte. Yo sentía que mi cuerpo estaba muy tenso, no podía moverme, me quedé inmóvil. Él hacía fuerza hacia mí, como con la intención de tumbarme en el suelo, yo empujaba a la contra y le golpeé con la rodilla, creo que en su tripa", ha contado en su último libro.
Una vez consiguió llegar de nuevo al campamento, el responsable acudió con ella al cuartel de la Guardia Civil, lugar en el que recuerda estuvo hasta bien entrada la noche. Desde aquel momento, Tamara Gorro solo ha hablado de este duro episodio de su vida con tres o cuatro personas. Antes de contárlo públicamente, la empresaria ha querido contar con el apoyo de su madre. "Estoy preparada para la repercusión. Voy a ayudar a muchas mujeres contando esto. Hay que sentirse libre", ha dicho en unas declaraciones para ¡Hola!