Este sábado 5 de junio, casi dos meses después de su nacimiento, Catalina de la Paz, la hija de María García de Jaime y Tomás Páramo, era bautizada en la iglesia Virgen de la Paz de Alcobendas, ubicada en el Soto de la Moraleja, mismo lugar donde sus padres formalizaron su relación en septiembre de 2019. Como era de esperar, esta celebración se llenó de rostros conocidos del panorama nacional que quisieron acompañar a la familia en esta cita. Desde las hermanas Pombo, pasando por Pablo Castellano, Belén Écija (la hija de Belén Rueda) y, por supuesto, también Victoria Federica, que acudió al evento junto a Jorge Bárcenas. Todos ellos estuvieron presentes en el momento que recibió el primer sacramento y se unieron a la comida posterior a la que accedimos a través de historias y publicaciones de los asistentes.
Nada parecía indicar que de ese evento tan bonito surgiera una nueva polémica. Los invitados disfrutaban bailando, comiendo, compartiendo momentos cómplices y brindis varios mientras la pregunta iba repitiéndose cada vez con más constancia en las redes: ¿Por qué María Fernández-Rubíes no estaba junto a ellos en este día tan especial? Los seguidores de la influencer se temían lo peor y se lo preguntaban directamente a la protagonista en su último post: “¿No te han invitado?”, “¿Por qué no fuiste al bautizo?”. Nadie entendía su ausencia ya que hasta hace unas semanas las tres Marías (Pombo, G de Jaime y Frubies) habían protagonizado distintas quedadas de amigas. Incluso estuvo en el enlace de esta pareja hace dos años.
Los comentarios y los memes sobre una supuesta discusión entre ambas continuaban al día siguiente del acontecimiento y el padre de Catalina resolvía el misterio al responder por privado a una de estas cuentas (@hazmeunafotoasi), que después haría públicas sus declaraciones. “Cuéntame Tomás, estás en directo”, bromeaban con el implicado como si estuviese entrando en directo en algún programa de televisión para responder a las especulaciones. “Nada, no hay declaraciones al respecto. Ojalá hubiésemos podido invitar a todos”, daba a entender que no había podido contar con una lista de invitados más amplia por culpa de la pandemia.
Entre las muchas suposiciones que surgieron sobre el porqué Fernández-Rubíes no habría recibido una invitación de su amiga se encontraba la posibilidad de un nuevo distanciamiento de la madrileña con otra de sus amigas, María Pombo. Su relación de amistad ha pasado por “altibajos” y los seguidores de ambas no tardaron en percatarse de que algo sucedía entre ellas el pasado año. Las amigas, que han vivido a la par sus embarazos, levantaron sospechas sobre una supuesta discusión cuando desaparecieron sus planes y el intercambio de mensajes cariñosos a los que estaban acostumbrados.
“Todas las relaciones tienen sus altibajos y, como muchos ya sabéis, la nuestra no pasa por su mejor momento. Esto no tiene absolutamente nada que ver con exclusivas o embarazos”, negaba Pombo que el motivo de esta separación fuese que su amiga hubiese filtrado el sexo del bebé que esperaba. “Nos queremos mucho y eso no ha cambiado ni cambiará”, aseguraba. Y asi fue. Las imágenes de ambas reunidas tras el nacimiento de Nico y un desayuno entre amigas en común reflejaban que los malos rollos anteriores estaban zanjados.