Aunque ya ha perdido la cuenta, Toñi Moreno lleva más de un mes confinada en su casa, sola y con su hija. Esto ha dado para muchos titulares. “No he tocado fondo”, ha aclarado, asumiendo que, a pesar de no estar pasando por su “mejor momento”, está satisfecha porque su pequeña Lola y su madre están sanas y porque, con mucho esfuerzo, está siguiendo los objetivos de su reto fit para mtmad.
‘Dos vidas’, su canal semanal en la plataforma de vídeos de Mediaset España, se ha convertido en un diario de cuarentena en el que la presentadora nos va haciendo partícipes de sus rutinas, de sus más y sus menos con el deporte y de su lucha diaria con la dieta. El régimen es una de las cuestiones que más le está costando cumplir. De ahí que se haya puesto en contacto con su compañera Nagore Robles para que le aconseje.
Una conversación de amigas con mucho sentido del humor en la que la tertuliana se ha reído a carcajadas por las tretas de Toñi para poder darse esos caprichos que tanto echa en falta. Los ejercicios con su entrenador personal siguen en marcha, aunque sean de forma virtual. De hecho, en los vídeos que aparecen en esta noticia puedes tomar nota de algunos tips para hacer deporte sin moverte del salón.
Este aislamiento sin poder salir de casa ha provocado que Moreno le dé más vueltas a la cabeza de la cuenta. La maternidad, una experiencia que le ha tocado vivir intensamente y de sopetón, es algo sobre lo que reflexiona. También sobre la ansiedad y la soledad, algo que le tocó vivir hace no mucho tiempo cuando nadie quería contratarla para presentar programas de televisión.
“Fue un año horrible”, recuerda. “Yo soy muy de buscarle la enseñanza a todo. Cuando me quedé sin trabajo hace unos años, no me contrataba nadie hasta que el señor Vasile me llamó, que fue como si se hubiese obrado el milagro”. Por entonces, a pesar de haber perdido el ánimo, Toñi Moreno decidió poner en práctica esas cosas que nunca tenía tiempo de hacer. Una estrategia de motivación que está repitiendo en estos tiempos de coronavirus en los que salir a la calle se ha convertido en un imposible para todos los españoles.