Yolanda Ramos sabe bien lo que supone romper tabúes. Verbalizar experiencias propias para hacer que así quien esté al otro lado no se sienta (tan) solo. Ya lo hizo cuando le reclamó a José Luis Moreno aquellas 25.000 pesetas del pasado, una anécdota para algunos que supuso un revulsivo en pro de los derechos de los artistas. O cuando le mostró su apoyo a su amiga Rocío Carrasco y narró en prime time que ella también fue víctima de maltrato psicológico por parte de una de sus exparejas. Ahora, a raíz de una entrevista en El Faro de La Ser, la actriz ha vuelto a hacerlo, esta vez contando que padece depresión. Un "acto de generosidad", como ella misma lo define, con el que ha buscado con éxito ayudar a otras personas que atraviesan su mismo momento vital.
Todo comenzó a raíz de una conversación sobre la infelicidad. Mara Torres, interlocutora de esta reveladora charla, le hizo expresar esa tristeza que sentía de niña cuando veía que sus padres no se llevaban bien, cuando el ruido de los coches le distorsionaba o cuando la luz fluorescente de su casa le recordaba a esos años en los que trabajó para una cadena de hamburguesas y veía demasiado lejos convertirse en lo que es hoy.
Tanto ella como su familia eran conscientes de esta "extrema sensibilidad" que ya no sufre. Y esto, tal y como ha confesado con un silencio previo que da fe de la magnitud de sus palabras, es gracias a que toma pastillas antidepresivas "para aguantarlo". "Creo que ayudo a bastante gente contándolo", ha manifestado con convicción. Porque a Yolanda le salvó descubrir hace unos años que no era la única, que ella es una "persona altamente sensible" a las que por cuestiones médicas se les "agudiza" este estado. "Molesta todo. Y no soy mejor por ello. Pero descubrir que era así me tranquilizó".
Ahora, varios días después de esta revelación, Ramos está recogiendo los frutos. Así lo ha contado durante la première de 'Fuimos canciones', la última comedia de María Valverde y Álex González, a los compañeros de Europa Press. Aunque le "encanta" verbalizarlo y siente algo de apuro al ver las consecuencias, la nominada a un Goya por 'Carmina y amén' de nuevo ha asumido este como "un acto de generosidad" con esa gente que le "ve" y le "aplaude".
"Soy incapaz de engañarles, estoy agradecida, y por ello creo que tengo que ser sincera", ha dicho. Ver a gente "destrozada", "depresiva", muriendo por "depresión" le ha animado a hacer este esfuerzo de contar "algo tan íntimo", por mucho que le "cueste". Algo muy similar y de igual impacto a lo que sucedió cuando pronunció ese importante "a mí también me maltrataban" en plena emisión de 'Rocío: contar la verdad para seguir viva', la docuserie de Rocío Carrasco: