Tania Llasera lleva años desentrañando cuál es la relación con su físico, un tema del que suele hablar con naturalidad y mucha frecuencia en sus redes sociales. Durante años, la presentadora se alzó como una de las voces famosas que más firmemente defendían el ‘body positive’. Aunque desde hace un tiempo se ha dado cuenta de que no es la teoría que más encaja con su realidad: la de Bilbao ha acabado reconociendo que prefiere definirse como defensora de la denominada neutralidad corporal. Ahora, la periodista ha querido poner el foco sobre las presiones laborales que recibió en su día con respecto a su forma física.
"Mi cuerpo es neutral y lo quiero a ratos y a ratos no, y eso está bien. Es normal, soy normal y es normal que cambie de opinión", reconocía hace unos meses Tania, tras indagar y leer sobre ese concepto de la neutralidad del físico del que es ahora partidaria. Frente al 'body positive', que busca una visión positiva del propio físico, sea cual sea su forma, Llasera reclamaba que no tiene por qué amar su cuerpo constantemente. "Hay ratos que no me aguanto ni yo. Hay momentos que me siento una diosa y momentos que me detesto", concluía en Instagram.
Llasera se ha convertido en uno de los rostros públicos que más reflexiona sobre este tema, y lo cierto es que el suyo ha sido un viaje intenso. En una entrevista reciente en el pódcast 'Poco se habla!', la presentadora ha conversado abiertamente con sus conductores, Briten y Xuso Jones, de varios de los temas en los que más se suele significar, como la maternidad o la salud mental. Y también, por supuesto, sobre las presiones sociales sobre el físico, rescatando varias experiencias complicadas vividas en el pasado.
Como ella misma ha relatado en su nuevo libro, 'Mujer tenías que ser', los inicios de Tania en la televisión le supusieron un importante impacto mediático, que a la bilbaína le costó mucho gestionar en un principio. Y fue poco antes de esa época cuando recibió varios comentarios sobre su cuerpo y qué debería hacer con él si quería lograr una carrera dilatada en el medio.
Tania comenzó en el mundo televisivo trabajando tras las cámaras, pero llegó un punto en el que pidió hacer imagen y ponerse delante de las mismas. Entonces, un directivo de la productora para la que trabajaba le dio indicaciones sobre lo que debía hacer para conseguirlo: "Si quieres salir en la tele, ¡tendrás que adelgazar diez kilos y entonces yo te invitaré a comer". Llasera reconoce que la juventud o tal vez la falta de conocimiento le hicieron no plantarle cara y, efectivamente, perder el peso que le habían aconsejado.
Un tiempo después, este hombre la invitó finalmente a comer para "celebrar" su bajada de peso. Pero la cosa no quedó ahí: le pidió otros dos cambios físicos "como quien pide unos espaguetis del menú". "Y ya que estás, podrías pasar por el cirujano, y hacerte una rinoplastia para ponerte la nariz recta, y de paso ponte más tetas", le comentó dicho directivo. Tania ya no pasó por ese aro, pero sí ha querido reflexionar sobre ello ahora, quince años después.
Con el paso del tiempo, la madre de Pepe Bowie y Lucía Lennox se alegra mucho de no haber hecho caso a aquel hombre y cree que, de haberse operado, hubiese perdido su esencia, lo que la hace diferente. Tania entiende que cada uno tiene sus complejos y elige de qué forma quitárselos, pero ha revindicado la gracia que le hacen sus "tetas pequeñas" y su "nariz torcida", convencida de que, si hubiese pasado por el quirófano, no hubiera trabajado tanto como lo ha hecho.