Superada la barrera de los 70 años, no es ningún secreto que Isabel Preysler se cuida y mucho. Además de su genética y de una buena alianza no confesada con el bisturí, sus trucos de belleza la ayudan a mantenerse joven y a lucir una piel luminosa, nutrida e hidratada.
Dice que todo se lo debe a la a la constancia que aprendió de su madre, pero también a una férrea disciplina autoimpuesta en la que alimentación, cosmética y deporte van de la mano.
Algunos de los hábitos que sigue a rajatabla son ya clásicos de las páginas de belleza, como la limpieza diurna y nocturna, dormir 8 horas diarias, usar protección solar o mantener una dieta equilibrada en la que frutas y verduras son imprescindibles. Otros, más desconocidos, son los que te contamos hoy.
Todo el mundo sabe a estas alturas que Isabel Preysler toma agua caliente con limón antes del desayuno y recientemente comentaba que también es asidua de los batidos detox que, según ha confesado, toma inmediatamente después.
Para quienes quieran copiar este hábito, Isabel ha contado que los ingredientes de su batido, que se compone del zumo de 4 limas, dos rodajas de manzana, medio pepino, medio pimiento verde, una rodaja de calabacín, un puñado de espinacas, 4 o 5 flores de brócoli y dos hojas de kale. Un chute de vitaminas y antioxidantes que ayuda a purificar el organismo.
Además de mantener una alimentación saludable en la que tienen un papel destacado las frutas, las verduras, las harinas integrales, el arroz y el pescado, complementa su dieta mediante suplementos alimenticios entre los que se incluyen: vitaminas de los grupos B, C y E, magnesio, calcio y colágeno.
En su dieta no tiene cabida el azúcar blanca, prefiere utilizar otro tipo de edulcorantes como agave o Stevia, pero jamás ha querido renunciar al chocolate negro del que dice tomar una onza a lo largo del día.
A pesar de llevar una dieta equilibrada, no falla a su cita anual en una clínica especializada para realizar una semana de ayuno terapéutico en la que además se realiza diversos tratamientos de belleza.
En alguna ocasión ha confesado que viaja con su almohada, sus cremas y sus productos faciales, que le ayudan a cumplir con su ritual de belleza diario que incluye limpieza, sérum antiedad y crema hidratante, además, de día nunca olvida el fotoprotector. Con independencia de los cuidados que realiza en casa, también recurre a tratamientos de cabina en centros estéticos y practica ejercicio semanalmente con un entrenador personal.
Isabel Preysler dice que partir de ciertas edades el maquillarse se convierte en un buen aliado si sabes elegir bien los productos. Ella prefiere no pasarse con el maquillaje y utilizar bases ligeras, corrector de ojeras y marcar los ojos con sombra, eyeliner y máscara de pestañas.