La caída del cabello es un problema común que afecta a una gran cantidad de mujeres. En la mayoría de los casos se trata de una condición estacional que se produce en otoño o primavera, momentos en los que el organismo experimenta cambios hormonales y ambientales de una forma más intensa. Pero también es cierto que este proceso se mantiene estable durante todo el año.
No obstante, la pérdida de cabello estacional es mínima si se compara con otros factores que provocan la caída de pelo y que pueden acabar generando alopecia. Entre ellos destacan la herencia genética, el estilo de vida (estrés, malos hábitos nutricionales, cansancio…), el uso de algunos tratamientos farmacológicos, los efectos de algunas enfermedades…
La disminución del cabello, si es un hecho estacional, tiene que preocupar hasta cierto punto, pues al final se trata de un proceso que atiende al ciclo de vida del mismo. Para que se entienda mejor, lo primero que hay que saber es que el pelo tiene un ciclo de vida compuesto por 3 fases:
Dicho esto, la mayor caída capilar en otoño y primavera se debe a que existen más folículos pilosos en fase telógena, por lo que simplemente se trataría de una renovación natural.
Si aun así notas que se te cae más de lo normal, hay ciertos remedios fáciles de incorporar a la vida cotidiana con los que se puede experimentar una diferencia notable en apenas unas semanas.
Somos lo que comemos, y una correcta elección de los alimentos resulta clave a la hora de que tanto el pelo como la piel estén sanos. Asegúrate de comer alimentos ricos en vitaminas y minerales como frutas y verduras, proteínas magras, grasas saludables con Omega 3 y carbohidratos complejos con los que mantener los índices de glucosa bajos (más saciantes, además). No hay que olvidar tampoco una correcta hidratación con una ingesta de más de dos litros de agua diarios.
También conviene considerar los suplementos de vitaminas y minerales ya que pueden ser útiles para prevenir la caída del cabello estacional. Los más comunes para prevenir la caída incluyen biotina, hierro, zinc y vitamina D, pero últimamente se apuesta mucho por la B, E y C.
Por mucho que suene a cliché, dormir de siete a ocho horas diarias resulta determinante para que, además de estar más descansados, nuestro cuerpo se vea más bonito. Durante la noche el organismo aprovecha para ‘regenerarse’, por lo que también resulta muy adecuado aplicar alguna mascarilla en el cabello para que se absorba a lo largo de la noche.
El estrés es otro desencadenante en la caída del pelo, pues en este estado el organismo segrega cortisol, una hormona ‘de alerta’ que a la larga induce también a la caída del pelo. En los momentos en los que apenas se ha descansado, es más fácil experimentar este tipo de situaciones, un motivo más por el que conviene dormir lo suficiente.
Además de recurrir a la suplementación por vía oral, lo que contenga el neceser es muy importante. Elige productos que estén diseñados para tu tipo de cabello y que sean suaves y libres de químicos agresivos. Además, evita peinar el cabello cuando esté mojado y no uses herramientas de peinado calientes con demasiada frecuencia.
No hay que perder de vista tampoco las novedades que van surgiendo y se están implementando en este campo como el CBD o la melatonina. El primero es el cannabidiol, un fitocannabinoide sin acción psicotrópica que se extrae de la planta del cannabis. A nivel tópico el extracto completo de CDB tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, y disminuye los radicales libres, luchando así contra el envejecimiento capilar.
Por otro lado, la melatonina, aunque normalmente se asocie a la regulación de los ciclos del sueño, también es bastante efectiva en lo que al cuidado del pelo respecta. Según Estefanía Arredondo, directora médica de Olyan farma, “La melatonina es un potente antioxidante y antiinflamatorio que se segrega en distintas partes del cuerpo (entre ellas el folículo piloso), que mantiene la barrera cutánea y regula el ciclo del pelo aumentando su vida media. La ventaja de aplicarla de manera tópica, en lugar de oral, radica en que la cantidad que llega al folículo piloso es mucho mayor, ya que se evita el primer paso hepático que hace que parte de la molécula se degrade y no llegue adecuadamente a sus receptores”.
En los últimos tiempos, se han desarrollado otros tratamientos muy efectivos como por ejemplo el PRP, o lo que es lo mismo el ‘Plasma rico en plaquetas’, que se basa en la aplicación de la fracción de plasma rico en plaquetas del propio paciente, aumentando la densidad, disminuyendo la descamación, favoreciendo la regeneración y estimulando el crecimiento del cabello. Tal y como explican desde la Clínica Enea, este proceso incluye la extracción de una pequeña cantidad de sangre que posteriormente es centrifugada para separar la fracción de plasma rico en plaquetas del resto de partes de la sangre. Tras activar el plasma, se realizan microinyecciones sobre el cuero cabelludo.
Cuentan también que otro a considerar es la mesoterapia con péptidos, que se basa en microinyecciones de diferentes péptidos que frenan la caída capilar. Como resultado, se incrementa la densidad, revitalizan los folículos pilosos y mejora la circulación sanguínea a nivel del cuero cabelludo.
En definitiva, la caída de pelo estacional no debe resultar alarmarte, pero si se notan signos más intensos de lo habitual, lo más efectivo es ponerle freno cuanto antes.