A la hora de mantener un pelo sano, la higiene capilar resulta clave, pero la hidratación del mismo supone un factor fundamental para que se vea hidratado, suave y luminoso. Como sucede con la dieta, ‘somos lo que comemos’ y la nutrición del cabello es la responsable de que se vea más o menos saludable.
Dos de los productos que no pueden faltar en el neceser de las que buscan un pelo sano son el acondicionador y la mascarilla, especialmente cuando se ve expuesto a diferentes tipos de coloración como tintes o mechas, así como el uso continuado de la plancha o el secador. Sin embargo, a pesar de ser dos grandes aliados, hace falta saber utilizarlos bien si no se quiere un resultado desastroso.
Y es que en estos casos, abogar por el “menos es más” puede ser un gran acierto. A continuación, se explican cinco errores que cometemos al utilizar acondicionador y mascarilla que por suerte son muy fáciles de remediar para lucir una melena de diez.
Eso de que “cuanto más, mejor” no es aplicable a los cosméticos ya que la mayoría están pensados para resultar efectivos en cantidades más o menos pequeñas. En este caso, un error muy común consiste en aplicar demasiado producto, ya sea mascarilla o acondicionador. Cuando se tiene una melena por los hombros, basta con aplicar el tamaño de una nuez aproximadamente. En el caso de que se emplee demasiado, el pelo puede verse demasiado pesado y apelmazado.
La función principal del acondicionador y la mascarilla es la de hidratar. A menudo, nos centramos únicamente en las puntas la parte media del cabello, por eso resulta fundamental a la hora de emplearlo, extenderlo de puntas a medios e intentar no hacerlo en las raíces para que no queden grasas.
Igual que se habla de la cantidad y la distribución, tampoco hay que olvidar el tiempo de actuación. Con el acondicionador con dos minutos es suficiente mientras que las mascarillas requieren de un tiempo de reposo más prolongado para que sus ingredientes actúen adecuadamente.
Un error común consiste en no enjuagar completamente el pelo ya que los residuos pueden dejarlo graso, con sensación de pesadez y sin volumen. Asegúrate de enjuagar minuciosamente para eliminar todo el producto y dejar el cabello limpio además de haber realizado un buen masaje para que el producto penetre en profundidad.
Hay una creencia generalizada de que aplicar calor resulta muy efectivo a la hora de usar mascarillas para que se absorban mejor ya que se abre el poro. Nada más lejos de la realidad. La mayoría están pensadas para que se utilicen con el pelo mojado y cambiar estas instrucciones de uso puede dañar el cabello y contrarrestar sus beneficios de sus productos (otra cosa es envolverlo en una toalla y dejar que con el calor natural del ambiente haga efecto).
Como ves, la mayoría de los errores tienen fácil solución y se pueden subsanar con un poco de paciencia y ‘savoir faire’. No hay que olvidar tampoco algo tan básico como leer las instrucciones de los productos y seguir una rutina de cuidado capilar adecuada.