Para mejorar tus niveles de energía y reducir el estrés que inevitablemente sufrimos cada día debemos comenzar adquiriendo consciencia sobre el tipo de hábitos y actividades que desarrollamos a diario y cual es el impacto que tienen para nosotros en términos de energía. Si nos fijamos probablemente encontraremos actividades que nos ayudan a preservarla o aumentarla y otras que suponen un sumidero energético sin fondo. Generalmente saltamos de una actividad a otra y nunca nos preguntamos cómo nos afectan energéticamente todas ellas.
Comenzar observándolas desde este punto energético nos va a permitir elegir y potenciar aquellas que nos favorezcan y empezar a disminuir aquellas que nos drenan significativamente. Esto nos llevará a crear un equilibrio entre las diferentes tareas que tengamos que realizar cada día que sea mucho más sano y adaptado a nuestra situación y circunstancias particulares.
“Generalmente invertimos mucha energía en gestionar el estrés y los desequilibrios emocionales que podemos sufrir a lo largo de día. Esta es una de las fugas energéticas más importantes que debemos controlar” nos comenta Luis Fidalgo fundador del espacio de meditación THE SOURCE Meditation & Wellbeing. En su caso, recomienda utilizar la respiración para recuperar el control siempre que lo necesitemos. “Una breve parada de unos minutos plenamente centrados en la respiración nos permitirá desconectar e interrumpir la fuga de energía”, cuenta. Un consejo que puede resultar muy versátil porque podemos ponerlo en práctica en cualquier situación.
Si tu situación te lo permite también puedes probar a introducir en tu jornada laboral pausas para practicar algún tipo de deporte, incluso un simple paseo a buen ritmo durante 10 minutos puede ser muy beneficioso para relanzar tus niveles de energía cuando sientas que flaquean.
A las responsabilidades laborales solemos añadir multitud de actividades que en ocasiones suponen una carga excesiva. En este sentido Luis sugiere que seamos críticos y prioricemos en nuestro balance energético solo aquellas actividades que realmente nos aportan y reduzcamos las demás. “Es importante aprender a priorizar y a decir no” nos recuerda.
Este mismo consejo podría aplicarse a las actividades que realizamos en nuestro trabajo dando prioridad aquellas en las que aportamos más valor y en la medida de lo posible reducir al máximo el 'multitasking'. Está comprobado que este tipo de gestión diluye la atención y supone una fuga energética muy importante haciendo que seamos menos productivos.
La alimentación juega un papel crucial a la hora de sentirte más o menos cansada a lo largo del día. Si quieres que tus niveles de energía vayan en aumento evita comidas pesadas, reduce la cafeína, el alcohol y el tabaco.
Utiliza la alimentación como una herramienta más que te garantice los aportes energéticos saludables que tu cuerpo necesita. Asegúrate de que ingieres suficientes vitaminas y minerales y te mantienes hidratada. Si no bebes suficiente agua o tu cuerpo tiene carencias nutricionales siempre sufrirás un déficit energético. Comprueba que tu dieta es equilibrada, lo que comes tiene un impacto directo en tus niveles de energía.
No olvides, que necesitas dormir bien para regenerarte y reconstituir tus niveles de energía. No sacrifiques horas de sueño si quieres mantener tu energía en niveles óptimos. Disfruta de los beneficios de una pequeña siesta para restablecerte si lo necesitas.
“La mayoría del día lo pasamos completamente sumergidas en las distintas actividades que realizamos. Raramente dedicamos un solo minuto a pararnos para escuchar lo que estamos sintiendo o pensando. Adquirir este hábito es de vital importancia para preservar y hacer un mejor uso de nuestra energía. Introduce pequeñas pausas durante el día en las que la única prioridad seas tu. Escúchate y permítete darte siempre lo que necesites”, concluye Luis.