El mundo de la cosmética también se rige por las tendencias, y de un día para otro es normal que se empiecen a escuchar los nombres de ciertos compuestos que parecen proporcionar el elixir de la juventud y cuyos beneficios -por paradójico que parezca- resultan todavía un enigma para una gran mayoría. Eso mismo sucede con el retinol y el retinal. El primero hace ya tiempo que tiene cabida en el neceser femenino, especialmente en las mujeres que poseen una piel madura, mientras que del segundo, a no ser que se esté a la última en las novedades cosméticas, todavía no se tiene tanta información.
¿Son iguales?, ¿cuál es más aconsejable a la hora de que la piel se vea más tersa y luminosa? ¿Para qué tipo de cutis no resultan adecuados? Para salir de dudas, en Divinity hemos hablado con varios dermatólogos y expertos en belleza, quienes han compartido algunos de los puntos clave a tener en cuenta si se quieren incorporar en la rutina de belleza.
En primer lugar, Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD cuenta que tanto el retinol como retinal son renovadores de la piel perfectos para incorporar en las rutinas antiedad que ayudan a tratar las arrugas, las marcas de acné, la psoriasis o las manchas en la piel. Pero en el caso del retinal (o retinaldehído) cuenta además con acción antibacteriana, razón por la que se suele incorporar en las rutinas de belleza de las pieles acneicas o con acné.
“Sus nombres, que son similares, los delatan y, como es fácil de imaginar, retinol y retinal son parecidos, pero no iguales. Ambos son retinoides y forman parte de la familia de la vitamina A. Podríamos decir que retinol y retinal son primos, pero la gran diferencia entre ellos es la rapidez con la que actúan: el poder del retinal es 11 veces mayor que el del retinol. Y se debe a que el retinal necesita hacer menos pasos metabólicos en la piel que el retinol, lo que le dota de mayor rapidez, es decir, los efectos del retinal se notan antes que los del retinol”, señala Elizabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.
En este caso, Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode comenta que a partir de los 25 años es cuando la piel de las mujeres empieza a producir menos colágeno, pero que no es hasta los 40 cuando se notan con más evidencia los signos de la edad. “La elastina en la piel disminuye, se pierde firmeza y empiezan a aparecer arrugas y líneas finas, especialmente alrededor de los ojos, la boca y la frente, además de las temidas manchas”, añade y explica que es muy común que pasada la barrera de los 40 años es normal que se vea menos luminosa y con los rasgos más afilados porque el tejido graso en la cara disminuye y los pómulos y las áreas alrededor de los ojos y los labios se ven menos llenos.
“A los 40 años somos conscientes, más que nunca, de que la juventud no es eterna y, aunque lo ideal es cuidarse la piel desde muy joven, a partir de los 40 años cada paso de nuestro skincare cobra más importancia. Es entonces cuando hay que fijarse en los activos que son clave para frenar los signos del envejecimiento, como los retinoides, la vitamina C, ácido hialurónico o los omegas 3, 6 y 9…”, aconseja Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
“Los retinoides, entre los que encontramos el retinil retinoato, el retinal y el retinyl palmitate o acetate, son las estrellas de los tratamientos antiedad: estimulan la renovación celular, aumentan la producción de colágeno, mejoran la textura y el tono de la piel y el acné. El más popular de todos es el retinol, que renueva la piel y es una de las mejores formas de introducirse en el mundo de los retinoles, también es el más barato pero también el que actúa más lentamente. En un nivel superior está el retinal, que nos deja solo a un paso metabólico del ácido retinoico, es 11 veces más rápido que un retinol tradicional, es seborregulador y antibacteriano. Y, por último, nos encontramos con el retinil retinoato, que no tiene efectos secundarios y es muy poderoso, además como es más difícil de elaborar, tiene un coste mayor”, comenta Isabel Reverte, directora técnica de Rosalique.
Por último, Ana Torrens, farmacéutica y responsable científica de HD Cosmetic Efficiency añade ciertos apuntes a la hora de usarlo. “Para evitar posibles irritaciones de la piel, es conveniente empezar a usarlo de manera gradual. Podemos empezar por un porcentaje bajo y aplicarlo dos veces a la semana, mañana y noche (evitando el contorno de ojos) durante 15 días e ir aumentando poco a poco la frecuencia. Cuando la piel tolere bien el activo, podemos aumentar la concentración y frecuencia. Por supuesto, siempre que el retinal forme parte de nuestra rutina de cuidado, cuando salgamos de casa debemos aplicarnos fotoprotector (igual que cuando se usa retinol). Es importante subrayar que las embarazadas no deben usar productos con retinoides.