En el ámbito ‘beauty’ las tendencias están a la orden del día, a veces incluso a un ritmo más frenético que en el mundo de la moda. Las cejas han sido (y son) una de las zonas del rostro que más cambios ha experimentado en los últimos tiempos. Mientras en los años noventa y principios del 2000 se llevaban muy finas, ahora triunfa todo lo contrario. De ahí precisamente el auge de tratamientos como el microblading o la micropigmentación, que además de rellenarlas y mejorar su forma, redefinen la mirada a la vez que la potencian.
Una de las últimas técnicas que ha ido ganando protagonismo en los últimos tiempos es el laminado de cejas, una solución efectiva para aquellas personas que desean modificar su forma para que se vean perfectamente arregladas y esculpidas, sin recurrir a procedimientos más invasivos. Se trata de un procedimiento semipermanente diseñado para darle a las cejas un aspecto más pulido y definido. A diferencia de otras técnicas, como el microblading, el laminado no implica la aplicación de pigmentos en la piel. En cambio, se centra en realzar la forma natural de las cejas al alisar los vellos rebeldes y mantenerlos en su lugar.
Para conocer este tratamiento en profundidad hablamos con Anabel Gornés, microblader experta en diseño de cejas, quien comparte con Divinity los puntos clave. “El proceso para conseguir un laminado de cejas consta de dos pasos, en el primero se aplica un líquido para cambiar la dirección del pelo, y en el segundo se neutraliza el primer paso, para que queden así durante varias semanas con ese efecto planchado y direccionando el pelo, de manera que nos favorezca la mirada”, explica.
Cuenta que el efecto que se consigue es de pelo ‘planchado’ ya que las cejas de direccionan de una manera mucho más armónica. “Si se tienen unas cejas que tienden a crecer hacia abajo o con remolinos, suele ser difícil mantenerlas arregladas sin el uso de algún cosmético específico para ello un proceso de laminado resulta muy favorecedor”.
En cuanto a las personas a las que más favorece, añade que “se puede trabajar sobre todo tipo de cejas, peros se suele realizar en aquellas que tienen pelos muy gruesos y con muchos remolinos o que cuestan mucho trabajo peinarlas. Mi recomendación es que si tienes una ceja muy gruesa con muchos remolinos es una buena opción el laminado y para el resto de las cejas, personalmente me gusta más utilizar un gel específico para cejas para mantenerlas así peinadas todo el día”.
Uno de los puntos clave del laminado de cejas es su acabado natural. Aunque las cejas estén moldeadas, logra un aspecto natural y suave, sin la apariencia artificial que algunas técnicas pueden dar, además de lograr un extra de volumen. A diferencia de otros tratamientos, el laminado requiere poco mantenimiento. Después del procedimiento, las cejas mantienen su forma durante semanas, ahorrando tiempo y esfuerzo en el cuidado diario.
Anabel añade que “existen productos específicos para mantener las cejas peinadas. Yo misma tengo un gel que he creado específicamente para mantenerlas peinadas durante todo el día. Es transparente y puedes utilizarlo vayas maquillada o no”.
Por último, cuenta que después del tratamiento, es esencial seguir algunos cuidados para mantener el aspecto fresco y duradero de las cejas laminadas como evitar el agua caliente y productos abrasivos en la zona durante las primeras 24 horas. Sin duda una alternativa eficaz y vistosa con la que obtener muy buenos resultados sin demasiado esfuerzo.