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Shaila Dúrcal y Carmen Morales han experimentado juntas un importante cambio físico. Las hijas de Rocío Dúrcal decidieron el pasado verano someterse a un cambio de rutina y aplicaron en su día a día unos hábitos saludables con los que lograron perder 20 y 15 kilos respectivamente. Las protagonistas explicaron que ese proceso era algo "muy especial" para ellas porque siempre han estado "batallando con el peso en momentos de estrés". A estas palabras, Carmen añadía que ella también le afectaban otras circunstancias como la ansiedad, el trabajo o los nervios.
Para lograr esa importante bajada de peso, las hermanas recurrieron a una dieta cetogénica centrada en la pérdida de grasa. A diferencia de otras, la que llevaron a cabo estaba controlada por un médico y tenía como suplemento el deporte, lo que les permitía reducir la ingesta de hidratos de carbono y grasas, manteniendo las proteínas de alto valor. La pérdida de peso se ve acelerada porque el cuerpo recurre a las grasas almacenadas.
En cuanto a los motivos que les llevaron a cada una de ellas a tomar la decisión, Carmen explicó que la palabra "premenopausia" era algo que le daba miedo y decidió cambiar sus hábitos. Por su parte, su hermana Shaila tenía un motivo muy distinto: los cambios de dieta que le provocaron hipertiroidismo y los kilos que ganó al dejar de fumar.
La artista concedía este miércoles una entrevista a la revista Lecturas para contar que se ha convertido en la propietaria de la que un día fue la casa de sus padres. Rocío Dúrcal y Antonio Morales dejaron en herencia a sus hijos la casa familiar, pero tras años sabiendo que quería que fuese sueña, la artista llegó a un acuerdo con sus hermanos y ha conseguido convertirla en su hogar para cuando viaje a España.
En esa misma entrevista y tan solo unos meses después de que hablase públicamente de su cambio físico, la artista ha explicado que actualmente está "tranquila" y que, aunque estuvo haciendo dietas en el pasado, se ha mantenido en el peso que bajó, "mas o menos". En cuanto a su relación con la comida, Shaila ha contado que actualmente es "normal", pero que siempre le ha costado mucho porque le gusta comer. "A veces hay que relajarse, pero sin excederse", explica.
En cuanto al vestuario, algo muy importante en su profesión, la cantante dice que ha tenido una época en la que le costaba mucho elegir la ropa porque estaba "más rellenita" y no disfrutaba ir a los premios y vestir elegante. "Ahora estoy en un momento de disfrutar la vida", ha terminado diciendo.