Con la llegada del verano es imprescindible que hablemos de cómo debemos tomar el sol. Para muchos ya han comenzado las vacaciones y, si no es así, una escapada a la playa o un día en la piscina suelen ser planes imprescindibles para esta época del año. Por mucho que los expertos insistan en que el único bronceado seguro es el que se consigue sin sol, y que es posible gracias a los autobronceadores, tomar el sol siempre parece la forma más eficaz de conseguir un tono dorado en la piel. Así que vamos a abordar la cuestión hablando de cuánto tiempo hay que tomar el sol para ponerse moreno sin riesgos y qué precauciones hay que tener para no perjudicar nuestra salud.
Nos centramos, y con razón, en lo importante que es protegernos adecuadamente del sol para evitar la aparición de eritemas, manchas y, en los casos más graves, un cáncer de piel. Sin embargo, exponernos al sol sin riesgos, durante un tiempo determinado y a las horas adecuadas, nos permite sintetizar la vitamina D, esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Eso sí, no podemos utilizar esto como excusa para tostarnos vuelta y vuelta bajo los rayos solares. Para mantener unos niveles óptimos de vitamina D, solo necesitamos 10 minutos diarios al sol, y basta con que nos dé en los brazos, por ejemplo.
Si tu objetivo es broncearte, debes hacerlo de la manera más segura para tu piel. Así que lo ideal es que lo hagas de manera progresiva, con una exposición que no supere los 10-15 minutos al principio. Después puedes ir aumentando el tiempo que estás tomando el sol, pero sin llegar nunca a exceder los 60 minutos.
No sobra recordar que el grado de bronceado que alcances va a depender de tu tipo de piel, y que no todas responden igual ante el sol, aunque las precauciones que se tomen deban ser las mismas. La más importante de todas es hacerlo tras haber aplicado un protector solar de gran espectro. Lo ideal es que sea un SFP 50 y nunca bajar de un SFP 30, que deberás reaplicar cada dos horas como mucho (aunque no te dé el sol directamente) y siempre después del baño.
Para lograr un bronceado seguro es imprescindible que evites la exposición al sol en las horas centrales del día, esto es entre las 12:00 y las 17:00 horas. En cambio, puedes aprovechar las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, cuando los rayos del sol son menos peligrosos ya que inciden de forma perpendicular. Y siempre, ya sabes, con una buena capa de protector solar. Además, hidrata la piel a conciencia después de ducharte, a ser posible con una loción que contenga activos calmantes y reparadores.
Como queremos motivarte a que afrontes la exposición al sol con seguridad, te recordamos que el bronceado no solo debe llegar, sino también ser favorecedor y mantenerse en el tiempo. Si sigues estas indicaciones, además de proteger la salud de tu piel, lograrás un moreno bonito, sin rojeces y duradero.