Dicen que el cambio radical de peso en tan poco tiempo de famosas como Kim Kardashian o Christina Aguilera no se debe solo a un cambio de hábitos en la alimentación y en el estilo de vida y a mucho deporte con un entrenador personal, sino que más bien está relacionado con el medicamento de moda, Ozempic; una solución rápida para quienes buscan perder peso. Eso sí, no todo es tan bonito como lo pintan ya que, como exploraremos a lo largo del artículo de la mano de distintos expertos, perder peso de manera tan radical va asociado a un envejecimiento facial prematuro. O, lo que es lo mismo, se te pone 'Ozempic Face', es decir, 'cara de Ozempic'.
Ozempic es un medicamento inyectable que fue aprobado por primera vez por la FDA en 2017 para tratar la diabetes tipo 2. Su ingrediente activo, la semaglutida, funciona imitando la acción de una hormona llamada GLP-1 (glucagon-like peptide-1), que estimula la liberación de insulina en respuesta a niveles altos de glucosa en sangre. Este mecanismo también ralentiza el vaciado gástrico y reduce el apetito, hasta tal punto que se dieron cuenta que esos pacientes con diabetes perdían peso. Y ha sido precisamente ese efecto secundario el que lo ha encumbrado a la fama y ha llevado a su uso fuera de etiqueta, especialmente entre personas que buscan adelgazar rápidamente, sin padecer diabetes.
Pocos lo admiten, pero muchos lo usan. En los gimnasios, se habla con frecuencia, lo mismo pasa en los centros médicos y de estética. Todo el mundo conoce a alguien que ha usado o está usando Ozempic, que tiene un precio de venta al público de 128,15 euros, aunque hace apenas un par de meses le han salido un nuevo competidor, Mounjaro, con un precio de 271 euros al mes y que promete mejores resultados y más rápidos. De Mounjaro dicen que es el Ferrari de los inyectables para tratar la obesidad y la diabetes.
Rubén Bravo, dietista nutricionista de Clínica Evolution y experto en obesidad y metabolismo, explica que estos medicamentos, incluyendo otros como Mounjaro, "inciden en el páncreas con el objetivo de provocar una liberación de insulina, sobre todo cuando los niveles de azúcar en sangre están elevados, provocando una ralentización del movimiento del estómago y ayudando de esta manera a reducir el apetito". Este efecto, añade Bravo, "favorece a que los pacientes que se lo inyecten coman menos y les ayude a perder peso".
Como el uso de Ozempic para la pérdida de peso se ha hecho tan popular, se ha empezado a hablar de un fenómeno colateral: la 'cara Ozempic', que, en realidad, es la misma consecuencia que puede surgir tras pérdida de peso considerable en un corto espacio de tiempo con una dieta muy estricta o una cirugía bariátrica. En bajadas radicales de peso, se produce flacidez, pérdida de volumen y un envejecimiento prematuro.
La Dra. Eva María Puente Pérez, médico especialista en medicina estética y antienvejecimiento en Clínica Evolution, señala que "el abuso indiscriminado de este tipo de tratamientos tipo Ozempic comienza a dejar ver sus efectos secundarios no deseados derivados de un mal diagnóstico, una mala planificación del tratamiento o incluso la prescripción errónea". Para la Dra. Puente Pérez, estos efectos se observan principalmente en personas que buscan perder peso sin la supervisión adecuada, lo que resulta en "una flacidez secundaria generalizada, no solo a nivel facial, también corporal".
El impacto en la piel del rostro es particularmente llamativo. Con la pérdida rápida de peso, la piel, que ha estado estirada para acomodar el volumen facial anterior, no siempre se retrae adecuadamente, especialmente en personas mayores o en aquellos con piel menos elástica. El resultado es una apariencia más envejecida.
La explicación detrás de la 'cara Ozempic' está en la propia pérdida de peso rápida. El tejido adiposo subcutáneo, que aporta volumen y redondez al rostro, se reduce drásticamente y da como resultado una piel colgante y una apariencia esquelética. Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic, explica que "en la cara, nuestro gran componente que nos da esa sensación de juventud son los paquetes grasos profundos que están por debajo de los músculos. Entonces, también se va a producir una disminución del volumen graso en la cara. Cuando estos paquetes grasos pierden volumen, la cara cambia de posición, los músculos pierden la tensión habitual y la cara tiene esa sensación de descenso y vacío".
Esto significa que, aunque el paciente logra perder peso corporal, su rostro puede experimentar una transformación no deseada y ese aspecto lozano y joven que tenía desaparece. Y esa es una de las razones por las que es fácil cuestionarse si realmente vale la pena sacrificar el aspecto en nombre de la delgadez.
En caso de querer probar el tratamiento, afortunadamente no todo está perdido para quienes experimentan la 'Ozempic face'. La medicina estética moderna ofrece diversas soluciones para contrarrestar estos efectos y restaurar un aspecto más joven. La Dra. Puente Pérez, de la Clínica Evolution, indica que existen "múltiples tratamientos que se pueden realizar para paliar la flacidez que conlleva una pérdida de peso más o menos rápida". Entre las opciones, destaca el uso de "productos para hidratar la piel y mejorar su tono con técnicas de mesoterapia e inductores de colágeno", como el ácido poliláctico y la hidroxiapatita. Estos tratamientos estimulan la producción de colágeno y elastina, redensificando la dermis tanto a nivel facial como corporal.
Además, dependiendo del grado de flacidez, pueden utilizarse hilos tensores para levantar estructuras faciales caídas y rellenos de ácido hialurónico para restaurar el volumen perdido. En casos más severos, la cirugía plástica puede ser una opción viable. La Dra. Jiménez menciona que "si queremos reponer músculos y otros tejidos como los paquetes grasos más elevados, disponemos de lifting. Actualmente las técnicas han evolucionado mucho, el tiempo de posoperatorio es mucho más corto, la incorporación a la vida social, familiar o del trabajo es mucho más rápida".
A pesar de las soluciones disponibles, los expertos insisten en que la mejor manera de prevenir la 'cara Ozempic' y otros efectos secundarios indeseados es adoptar un enfoque integral para la pérdida de peso, que incluya cambios en la dieta, ejercicio regular y, sobre todo, la supervisión médica adecuada. Rubén Bravo, dietista nutricionista de Clínica Evolution, subraya que "los medicamentos que llevan como base semaglutida son tratamientos más a corto plazo que las cirugías bariátricas. Desde mi punto de vista, son 'pan para hoy y hambre para mañana', donde los posibles efectos adversos no justifican los resultados que ofrecen".
La directora médica de Eleca Clinic coincide con esta opinión, y considera que la pérdida de peso sostenible no debe basarse únicamente en intervenciones farmacológicas. "Siempre que hay una pérdida de peso, hay que abordar varios puntos: por un lado, farmacológicamente que el paciente coma menos, pero también hay que hacer un cambio de hábitos por completo, porque en el momento en que deje Ozempic va a volver a engordar si no hace un cambio de hábitos y cambia por completo su dieta".
Esta claro que no existen "atajos sin consecuencias" y la pérdida de peso sostenible y saludable requiere más que una simple inyección semanal: cambios en la dieta, ejercicio regular y, por supuesto, el cuidado de la salud mental. Ya lo decían los romanos: "mens sana in corpore sano".