Después de la fiebre por los Sonny Angels, ha llegado una nueva tendencia a TikTok relacionada con el mundo de la belleza y el bienestar: la 'cara de cortisol' o 'cara de cortisol antes y después'. Numerosos vídeos, aglutinados en dichos hashtags acumulan cientos de visualizaciones en los que analizan cómo 'la hormona del estrés' (el cortisol), además de afectarnos mentalmente, pasa factura en forma de envejecimiento, sequedad y falta de elasticidad. En Divinity hemos preguntado a distintos expertos si es cierto y distintas soluciones.
Antes de nada, empecemos por el precio. ¿Qué es el cortisol? Silvia Giralt, fundadora de la Clínica Estética Antiaging & Medicina Estética Silvia Giralt, lo explica claramente: “El cortisol es una hormona esteroidea producida por las glándulas suprarrenales, que desempeña un papel crucial en la respuesta del cuerpo al estrés. Además de su función en la respuesta al estrés, el cortisol también regula una amplia gama de procesos fisiológicos, incluyendo el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas”. Esta hormona se libera cada vez que nos enfrentamos a una situación estresante y ayuda a nuestro cuerpo a “prepararse para la batalla”. Sin embargo, cuando el estrés se convierte en algo crónico, los efectos del cortisol sobre nuestra piel y salud en general pueden ser negativos.
Los expertos explican que el cortisol aumenta ante una situación de alerta. "El 90% de las cosas que nos preocupan nunca suceden, pero nuestro cuerpo y nuestra mente lo viven como si fuera real. Ante situaciones de miedo, activamos el sistema de alerta y, en consecuencia, sube el cortisol. Esto no tiene por qué ser malo de manera puntual, pero sí de forma continuada. La mente y el cuerpo no son capaces de distinguir una amenaza real de una imaginaria, por lo que mantenemos constantemente activa esta hormona, sufriendo de este modo intoxicación por cortisol", explica la psiquiatra Marian Rojas-Estapé, autora del libro 'Cómo hacer que te pasen cosas buenas'.
La relación entre el cortisol y la salud de nuestra piel es significativa. Según Ana Sacristán Palos, directora de formación de la firma fitocosmética Vagheggi España, “está demostrado que el estrés aumenta significativamente la regulación del nivel de cortisol, y esto tiene una relación directa con la piel, lo que produce importantes efectos sobre la homeostasis, la hidratación, la inflamación y el mantenimiento de esta en buenas condiciones”.
El cortisol genera un desajuste en los mecanismos de defensa de la piel, llevándola a perder humedad, volverse menos elástica y más propensa a problemas como el acné y las rojeces. Esther Moreno, facialista y cosmetóloga de EM Studio, señala que este desequilibrio “puede acelerar signos de envejecimiento prematuro en la piel, pérdida de elasticidad, sequedad y aparición de arrugas”.
La exposición continua a altos niveles de cortisol también repercute en el almacenamiento de grasa en nuestro organismo. “Los altos niveles de cortisol que se producen cuando nuestro cuerpo se encuentra en un estado de alerta, como el que provoca el estrés, reducen la lipólisis, facilitando la acumulación de grasa y la retención de líquidos”, añade Ana Sacristán Palos.
Por otro lado, el cortisol tiene un impacto directo sobre el sistema inmunológico. Según Gema Cabañero, directora de I+D+i de la firma nutricosmética 180 The Concept, “el cortisol se encarga de inhibir el sistema inmunológico para reservar energías y provoca también un aumento de la histamina”. Esto significa que, bajo altos niveles de estrés, nuestro organismo es más propenso a sufrir alergias y otras infecciones cutáneas, como el herpes.
Para controlar el cortisol y reducir sus efectos en la piel, adoptar un estilo de vida saludable es fundamental. Salena Sainz, farmacéutica y dietista, sugiere evitar dietas restrictivas y enfocarse en alimentos que reduzcan el estrés: “Para ello, es esencial que consumamos omega-3, que podemos encontrar en los pescados azules. Del mismo modo, también puede combatir el estrés consumir cítricos, fresas o kiwis, con un alto contenido en vitamina C, vitamina reconocida por su capacidad para regular la producción de cortisol”.
Además, incluir en la dieta vitaminas del complejo B y alimentos ricos en triptófano puede ayudar a estimular la serotonina y reducir la ansiedad, explica Sainz. Evitar la cafeína a primera hora y los ayunos prolongados también es clave, ya que estos hábitos pueden elevar el cortisol. Sainz recomienda tomar la cafeína “en un desayuno tardío, dos horas después de levantarnos”.
Más allá de la dieta, las prácticas como el yoga, la meditación y las técnicas de respiración profunda, los cosméticos son un gran aliado para tratar las consecuencias del estrés en la piel. “Aunque el cortisol es esencial para manejar el estrés y mantener el equilibrio en el cuerpo, unos niveles elevados constantes pueden acelerar el envejecimiento, causar deshidratación y aumentar la sensibilidad”, explica Ana Sacristán Palos, directora de formación de Vagheggi España. Ingredientes como la cúrcuma, rica en curcumina, ayudan a “prevenir y contrarrestar la irritación cutánea debida al estrés”, y mejora la hidratación y fortalece la barrera de la piel.
Puedes combatir los efectos del cortisol en la piel con Fluido Vitamina C de Vagheggi (57 €), Sérum Lifting Firmeza de Caudalie, con resveratrol (42,90 €), Radiance sérum, de Farma Dorsch, por las microalgas (49 €) y Prestige Micro Huile de Rose, de Dior, cuajado de omegas (395 €).
La pimienta de Sichuan también actúa calmando las pieles sensibles, mientras que antioxidantes como la vitamina C y el resveratrol “neutralizan los radicales libres generados por el estrés oxidativo”. Además, las microalgas bioactivas restauran la reparación nocturna, y ácidos grasos como los Omegas 3, 6 y 9 ayudan a reducir el cortisol y protegen la piel frente a los efectos del estrés.
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